En el marco de su 50 aniversario, la Benemérita Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) vivió una de las ceremonias más emotivas de su historia reciente. En un acto cargado de simbolismo, la institución otorgó el Doctorado Honoris Causa a tres figuras fundamentales del pensamiento y la cultura mesoamericana: Carlos Navarrete Cáceres, Antonio García de León y Javier Espinosa Mandujano.
Desde el inicio de la ceremonia, el ambiente en el auditorio universitario respiraba respeto, admiración y memoria. La comunidad unachense se congregó para reconocer no solo trayectorias académicas, sino vidas dedicadas a la búsqueda del conocimiento y al servicio de la humanidad.
“El reconocimiento de hoy —expresó el rector Oswaldo Chacón Rojas— no celebra únicamente logros personales, sino ejemplos de vida que encarnan los valores más profundos de nuestra universidad: el compromiso con la verdad, la ética y la justicia social.”
En sintonía con el lema del gobierno estatal de Eduardo Ramírez Aguilar, el rector subrayó que honrar a quienes han dedicado su existencia a comprender las raíces, historias y expresiones culturales de los pueblos mesoamericanos es una decisión que trasciende.
“La tecnología y la inmediatez —dijo— nos recuerdan que el progreso no puede ser solo técnico: debe ser ético, humano y social.”
Tres vidas, una herencia intelectual
Los homenajeados representan distintas vertientes de la sabiduría mesoamericana, pero comparten una misma vocación: entender la historia como un camino para reconciliar al ser humano con su entorno.
Antonio García de León y Griego
Lingüista, historiador y defensor de los pueblos originarios, recordó sus años en la UNACH durante los 70, cuando ayudó a fundar el área de Ciencias Sociales en medio de una intensa efervescencia intelectual.
Su encuentro con líderes tzeltales cambió el rumbo de su vida: lo llevó a rescatar documentos antiguos que dieron origen a su obra “Resistencia y Utopía” (1985), hoy considerada esencial para comprender la lucha de los pueblos indígenas en Chiapas.
Carlos Navarrete Cáceres
Antropólogo y cronista del alma mesoamericana, fue definido por Andrés Fábregas Puig como “un tejedor del tiempo”. Recorrió Chiapas a pie, desde la Frailesca hasta el Soconusco, para escuchar las voces del pasado y transformar la arqueología en una forma de literatura viva.
Refugiado en México tras la represión guatemalteca de los años cincuenta, Navarrete comprendió que la cultura no conoce fronteras y que la pobreza y la dignidad son un mismo lenguaje entre pueblos hermanos. Su obra ha sido reconocida con el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias (2007).
Javier Espinosa Mandujano
Filósofo chiapaneco y humanista íntegro, fue miembro de la primera Junta de Gobierno de la UNACH y Secretario de Educación en el estado. Su pensamiento, arraigado en la reflexión ética y el amor por la sabiduría, ha dejado huella en generaciones de estudiantes.
Recordó, entre anécdotas, su trabajo junto a Navarrete en 1959 al estudiar el tablero del Descendimiento de la Iglesia del Calvario de Chiapa de Corzo, considerado una joya del arte colonial americano. “Este reconocimiento —dijo Espinosa— no debe ser gratuito; implica la obligación de seguir sirviendo con conciencia y entrega.”
Más allá del protocolo, esta investidura simboliza la alianza entre el conocimiento, la memoria y la esperanza.
Los tres homenajeados son parte viva del legado intelectual que ha moldeado el pensamiento chiapaneco y mesoamericano. Al reconocerlos, la UNACH no solo honra sus obras, reafirma su vocación humanista y su compromiso de formar nuevas generaciones con conciencia social, ética y cultural.
La historia de la UNACH, fundada en 1974 en tiempos de grandes contrastes —entre la modernización y la exclusión—, encuentra hoy en estos tres doctores honoris causa un espejo luminoso. Ellos encarnan el ideal de universidad pública, crítica, incluyente y al servicio del pueblo.
Este homenaje no concluye con los aplausos. Representa una promesa de continuidad, una invitación a seguir cultivando las humanidades como la vía para comprendernos y transformarnos.
En palabras del rector Oswaldo Chacón:
“La grandeza de una universidad no se mide solo por sus logros académicos, sino por las decisiones que dan sentido a la vida y por el ejemplo que deja a quienes vienen detrás.”
Con esta ceremonia, la Benemérita UNACH celebra medio siglo de historia mirando hacia adelante, fiel a sus raíces, comprometida con su gente y guiada por la certeza de que el conocimiento, cuando se comparte con generosidad, construye humanidad.
Texto: María del Carmen Nucamendi Estrada
Imágenes: Gobierno del Estado
