Institucionaliza CU el Protocolo para la Atención de la Violencia de Género
El Protocolo para la Atención de la Violencia de Género en la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) representa un importante avance en la protección de la comunidad universitaria frente a la violencia de género, hostigamiento, acoso sexual y discriminación. Este documento, aprobado por el Consejo Universitario en julio de 2024, fue diseñado con el objetivo de establecer un marco de acción claro y preciso para prevenir, atender, investigar y sancionar este tipo de actos dentro de la universidad. La implementación de este protocolo representa un avance significativo en la promoción de un ambiente seguro y respetuoso, reafirmando el compromiso de nuestra institución con la defensa de los derechos humanos.
El documento mismo que se encuentra accesible en los portales electrónicos oficiales de la universidad plasma los resultados de consultas y expresiones de la comunidad por lo que su desarrollo no fue un proceso aislado. Se alimentó de las expresiones y peticiones de estudiantes, especialmente de colectivos feministas como la Red de Colectivas Feministas Universitarias de Chiapas (RECOFUCH), quienes solicitaron la implementación de políticas claras que abordaran el problema. Fue así como a partir de mesas de diálogo y la participación de diversos sectores, se fue configurando este documento, que no solo tiene como objetivo erradicar las violencias, sino también promover un ambiente de respeto, igualdad y no discriminación.
El protocolo, al igual que otros instrumentos similares de diversas universidades del país y del mundo, toma como referencia marcos legales internacionales como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Convención de Belém do Pará. Estos documentos reconocen la violencia de género como una forma de discriminación que inhibe gravemente el ejercicio de los derechos y libertades de las mujeres en igualdad con los hombres. Además, se han tomado en cuenta recomendaciones específicas como la emitida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), que exhorta a las instituciones educativas a mejorar sus protocolos de atención a víctimas de violencia de género.
Uno de los principales objetivos del documento es prevenir cualquier acto de violencia, ya sea física, psicológica, sexual o económica. En este sentido, establece mecanismos para identificar situaciones de riesgo y proteger a las víctimas desde el primer contacto, asegurando un seguimiento adecuado de cada caso. Incluye además medidas preventivas como la sensibilización de la comunidad, la capacitación en derechos humanos y perspectiva de género, y la creación de un mapa de riesgos en las instalaciones universitarias, lo que permite identificar los puntos vulnerables y mejorar la seguridad en la universidad.
El protocolo garantiza que cualquier persona integrante de la comunidad pueda denunciar actos de violencia de género o discriminación
En cuanto al procedimiento, el protocolo garantiza que cualquier persona integrante de la comunidad pueda denunciar actos de violencia de género o discriminación. Las denuncias pueden realizarse a través de diferentes canales, tanto de manera presencial como en línea, y siempre con la garantía de confidencialidad y respeto por los derechos de la víctima. Una vez presentada la denuncia, la Defensoría de los Derechos Humanos y Universitarios (DDHU) es la encargada de investigar el caso, mientras que la Oficina de la Abogacía General es responsable de aplicar las sanciones correspondientes.
El Protocolo de Atención ante la Violencia de Género no solo cubre situaciones de violencia contra las mujeres, sino que también incluye medidas para proteger a personas que sufren discriminación por motivos de discapacidad, orientación sexual, identidad de género, entre otras. En este sentido, se promueve un enfoque interseccional que permite abordar las diversas formas de discriminación que pueden presentarse dentro de la comunidad universitaria.
Uno de los aspectos más innovadores del protocolo es la creación de Comisiones de Género y Comisiones contra la Discriminación y el Racismo en cada unidad académica, las cuales juegan un papel fundamental en la recepción de quejas y la implementación de medidas preventivas. Estas comisiones están conformadas por personal capacitado en derechos humanos y género, quienes brindan apoyo y orientación a las víctimas y canalizan los casos a las instancias correspondientes. De esta manera, se busca descentralizar el proceso de atención y garantizar una respuesta rápida y eficiente en cualquier campus de la universidad.
El compromiso de la UNACH con la erradicación de la violencia de género no se limita a la implementación de este protocolo.
Como parte de su política institucional, la universidad ha puesto en marcha el Programa Integral para Prevenir y Erradicar Violencias (PIPEV), cuyo eje principal es garantizar una vida libre de violencia para todas las personas que forman parte de la comunidad universitaria. A través de este programa, se refuerzan las acciones de sensibilización, prevención y atención a las víctimas, asegurando que la perspectiva de género esté presente en todas las actividades de la institución.
El desconocimiento o la falta de aplicación de este instrumento puede derivar en sanciones para los responsables, ya que se trata de una normativa aprobada por el Consejo Universitario y su cumplimiento es un deber para todos los integrantes de la universidad. Además, es importante que la comunidad universitaria esté informada sobre las medidas precautorias y cautelares que pueden tomarse para proteger a las víctimas mientras se realiza la investigación del caso.
Texto: Redacción Gaceta