En la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), el talento y la innovación son una constante, y Michelle Ayala, estudiante de la carrera de Ingeniería de Software de la generación 2024 en la Facultad de Negocios C-IV, es un claro ejemplo de ello. Originaria de Tapachula, Chiapas, Michelle ha puesto en alto el nombre de nuestra universidad al convertirse en una de las ganadoras del prestigioso Swift Student Challenge, un concurso global que reconoce a los jóvenes desarrolladores más prometedores del mundo.
“Crear apps no es sólo una cuestión técnica: es un arte en el que se entrelazan la lógica y la creatividad. Hay algo mágico en ver cómo una idea cobra vida y genera un impacto positivo en las personas”, afirma Michelle, quien ha logrado combinar su pasión por el arte y la tecnología para desarrollar aplicaciones que trascienden lo convencional. Su proyecto más reciente, Be Kind, es un juego interactivo que fomenta la empatía y motiva a los niños a realizar actos de generosidad y servicio hacia los demás.
“Los personajes de mis apps son como mi familia, cada uno tiene su propia historia y personalidad. Con la Mac y el iPad tengo las herramientas y la confianza que necesito para hacerlos realidad”, comparte Michelle, quien ha encontrado en la programación una forma de expresar su creatividad y conectar con las personas.
El camino de Michelle en el mundo del desarrollo de apps comenzó en el Swift Coding Club de la UNACH, un espacio que se ha convertido en un semillero de talentos tecnológicos. “El Swift Coding Club es un entorno motivador, lleno de personas que comparten el deseo de aprender, la pasión y el entusiasmo por la creación de apps de iOS. Con una comunidad así, la programación es aún más enriquecedora. El club se ha convertido en mi segunda casa”, destaca. Fue aquí donde Michelle descubrió que la programación era la manera perfecta de unir su amor por el arte con la tecnología, utilizando herramientas como Xcode, Freeform y Adobe Illustrator para dar vida a sus ideas.
Pero los logros de Michelle no se detienen ahí. Recientemente, representó a la UNACH en la competencia Hackathon Swift Change Makers, celebrada en Monterrey, México. Junto a sus compañeros del Swift Coding Club, desarrolló aplicaciones para solucionar problemas empresariales reales utilizando Swift en la Mac, obteniendo el premio al mejor prototipo. Este triunfo no solo refleja su talento individual, sino también el espíritu colaborativo y el alto nivel académico que promueve la UNACH.
“Ser parte de la comunidad Swift me permite ayudar y estar en contacto con gente de todo el mundo. Agradezco de corazón poder combinar mi amor por el arte y el diseño con la tecnología, salir de mi zona de confort y conocer a otras personas. Vivo entusiasmada por todo lo que está por venir”, expresa Michelle, quien se ha convertido en un referente para la comunidad estudiantil de la UNACH.
Michelle Ayala es más que una estudiante destacada; es un símbolo de cómo la UNACH forma profesionales capaces de destacar en escenarios nacionales e internacionales, utilizando la tecnología como una herramienta para generar un impacto positivo en la sociedad. Su historia inspira a las nuevas generaciones a perseguir sus sueños y a creer en el poder de la innovación.
Michelle Ayala está marcando tendencia en la UNACH y en el mundo
texto: Claudia I. González Farrera
imagenes: Portal College students de Apple
https://www.apple.com/mx/education/college-students/success-stories/ayala/
Desde el inicio del año, las selecciones deportivas de nuestros equipos ocelote han trabajado con intensidad y compromiso para llegar en su mejor nivel a la Universiada Estatal 2025. Entrenamientos, campamentos, juegos de preparación y torneos han sido el pan de cada día para los atletas que representarán a la UNACH en esta competencia. El esfuerzo es constante y el objetivo es claro: obtener el pase a la etapa regional que se llevará a cabo en Mérida, Yucatán.
Son siete universidades las que disputarán este evento estatal: UNACH, UNICACH, ENLEF, ENLEF Tapachula, UTAC Tapachula, UPGCH y la Universidad de la Selva. Cada una con su historia, con sus sueños y con jóvenes que llevan en la piel la pasión por el deporte. Pero, como universitaria y madre de un deportista, me permito resaltar lo que esto significa más allá de la cancha o el tablero: sacrificio, disciplina y amor por lo que se hace.
Los atletas universitarios no solo deben lidiar con la exigencia deportiva, sino también con la académica. Detrás de cada partido, de cada entrenamiento extenuante, hay desvelos, exámenes que no se pueden postergar y familias que, con orgullo, respaldan a estos jóvenes en su camino. Es una labor titánica, muchas veces poco reconocida, pero que construye seres humanos resilientes, organizados y con un temple inquebrantable.
Un ejemplo claro de esta preparación fue el Torneo de Ajedrez Preparatorio "Rumbo al Estatal 2025", donde se reunieron talentos de distintas instituciones, incluyendo seleccionados de CONADE 2025 y jugadoras de la Selección Estatal Femenil de la UNACH. Aquí, se vivió más que una competencia; se respiró aprendizaje, compañerismo y la certeza de que el ajedrez es un deporte sin barreras de género. Fue un espacio donde la estrategia se entrelazó con la pasión, y donde cada movimiento reflejaba horas de preparación y amor por el juego ciencia.
En los próximos días, las selecciones de la UNACH enfrentarán encuentros cruciales. La adrenalina está en su punto máximo y la emoción es palpable. Para muchos, esta Universiada representa una oportunidad única de demostrar que el deporte universitario sigue vivo, que la preparación rinde frutos y que el esfuerzo vale la pena.
Desde nuestra trinchera, sólo podemos animar: Adelante, Ocelotas y Ocelotes que la garra, el corazón y la entrega los lleven lejos. Porque más allá del resultado está el orgullo de portar la camiseta felina, éxito en la Universiada Estatal 2025.
Texto: María del Carmen Nucamendi Estrada
Fotos: SIRESU-DEPORTES.
Con entusiasmo y energía, más de 650 universitarios de Escuelas, Facultades y Centros de Estudio del Campus IV, celebraron con éxito en Tapachula la 6ta Carrera Universitaria de la Amistad 3.5 Km, reafirmando su compromiso con el deporte, la integración y la identidad universitaria.
Desde tempranas horas del 21 de febrero del año en curso, el Campus IV se llenó de color y movimiento, con estudiantes y docentes listos para recorrer el circuito, no solo con el objetivo de cruzar la meta, sino de compartir el espíritu deportivo que distingue a la comunidad universitaria.
La carrera, organizada por la Secretaría de Identidad y Responsabilidad Social Universitaria (SIRESU) y la Coordinación de Extensión Istmo-Costa y Soconusco, contó con la participación de diversas unidades académicas, consolidando el deporte como un pilar en la formación integral de los estudiantes.
El Dr. Gabriel Aguilar García, director de la Escuela de Humanidades C-IV y anfitrión del evento, dio la bienvenida a los participantes, resaltando la importancia del deporte en la vida estudiantil. También estuvieron presentes: Víctor Manuel Egremí de los Santos, coordinador de Extensión SIRESU Istmo-Costa y Soconusco; Jorge Luis Ramírez Mazariegos, delegado del Instituto del Deporte del Gobierno del Estado; y Brenda Edelman, del Instituto Municipal de la Juventud, quienes destacaron el impacto positivo de este tipo de eventos en la formación de los universitarios.
Esta carrera no solo fue un encuentro deportivo, sino una muestra del compromiso de nuestra universidad con la promoción de hábitos saludables y el fortalecimiento del sentido de pertenencia e identidad universitaria, elementos clave en el Proyecto Académico 2022-2026, impulsado por el rector Oswaldo Chacón Rojas.
La práctica deportiva en la universidad no solo mejora el bienestar físico y mental, sino que refuerza valores como la disciplina, el esfuerzo y la convivencia, esenciales en la construcción de una comunidad académica fuerte y comprometida.
El evento contó con el respaldo de VIPS Farrera Tapachula y SB Fitness, patrocinadores de la iniciativa privada que sumaron su apoyo a este evento. La UNACH sigue demostrando que, más allá de las aulas, el deporte es una herramienta clave para la formación de líderes y ciudadanos comprometidos con su entorno.
Texto: María del Carmen Nucamendi Estrada
Fotos: SIRESU-Extensión Istmo-Costa y Soconusco UNACH
Cada lengua que desaparece es una visión del mundo que se pierde. Según la UNESCO, cada dos semanas una lengua deja de hablarse en alguna parte del planeta, llevándose consigo un legado cultural e intelectual invaluable.
Este 2025, al conmemorarse el 25º aniversario del Día Internacional de la Lengua Materna, la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) abrió sus puertas para reflexionar sobre esta realidad y, más importante aún, para impulsar acciones que contribuyan a preservar nuestras lenguas originarias.
El conversatorio "La Lengua Materna: Riqueza cultural, su rescate y preservación", organizado por la Secretaría de Inclusión Social y Diversidad Cultural (SISyDIC) bajo la dirección de la Mtra. Myriam Jazmín González González, fue un espacio de diálogo y compromiso. Realizado en el Aula Magna de la Facultad de Derecho C-III en San Cristóbal de Las Casas, reunió a especialistas, estudiantes y funcionarios que compartieron su preocupación y su pasión por la diversidad lingüística en Chiapas.
La situación es alarmante: en México se hablan 68 lenguas indígenas, pero en nuestro estado, 12 de ellas están en peligro de extinción. Entre las más afectadas se encuentran el tseltal, tsotsil, ch´ol, zoque y tojolabal, junto con otras en estado crítico como el chuj, kanjobal y mam.
Sin embargo, la UNACH no solo reconoce la importancia de estas lenguas, sino que convive con ellas a diario a través de su comunidad estudiantil. Más de 2,000 estudiantes de la universidad se identifican con un pueblo indígena, predominando hablantes de tseltal (31%), ch´ol (20%), tsotsil (20%), zoque (20%), tojolabal (7%) y zapoteco (6%). Facultades como Humanidades, Contaduría y Administración, Ingeniería y Derecho concentran el mayor número de estudiantes indígenas, lo que hace evidente la necesidad de programas que fortalezcan y dignifiquen su riqueza lingüística.
Pero más allá de este conversatorio, la UNACH ha tomado un papel activo en la defensa de las lenguas maternas. A través de la Escuela de Gestión y Autodesarrollo Indígena (EGAI) y en colaboración con el Centro Estatal de Lenguas, Arte y Literatura Indígenas (CELALI), la universidad organizó el evento "Nuestras Lenguas, Nuestros Lenguajes", un espacio de encuentro donde académicos, estudiantes y comunidades indígenas compartieron experiencias y estrategias para revitalizar sus lenguas.
Además, se han promovido diálogos y talleres en línea, abiertos no solo a la comunidad universitaria, sino al público en general, con el objetivo de sensibilizar sobre la importancia de hablar, escribir y vivir nuestras lenguas maternas. También se han desarrollado materiales didácticos en lenguas indígenas para fortalecer la educación bilingüe y bicultural en la región.
A pesar de estos esfuerzos, los desafíos son grandes. La falta de educación en lengua indígena, el racismo y la exclusión siguen siendo barreras que han obligado a muchas comunidades a dejar atrás sus idiomas en favor del español.
Por ello, la UNACH no solo habla de inclusión, sino que la practica. Asume la responsabilidad de ser un espacio donde las lenguas originarias sean protegidas y promovidas, no solo desde el aula, sino en la vida diaria de su comunidad. Porque preservar nuestras lenguas no es solo un acto académico, es un acto de justicia y de identidad.
La diversidad lingüística no nos divide, nos enriquece. Es parte de nuestra historia, de lo que somos y de lo que seremos. Y en la UNACH, seguiremos trabajando para que ninguna lengua se apague.
TEXTO: María del Carmen Nucamendi Estrada.
fotos. sisidyc
Berenice Alcázar Avendaño, estudiante de cuarto semestre de Ingeniería en Física en nuestra universidad, compartió su experiencia como ajedrecista y su pasión por la ciencia. Berenice, quien recientemente obtuvo el primer lugar en el torneo Intercampus de la UNACH, se prepara para representar a la universidad en los próximos eventos regionales y nacionales de ajedrez.
Desde los 4 años, ha estado inmersa en el mundo del ajedrez, aprendiendo de su familia y participando en torneos desde los 8 años. Su mayor logro hasta ahora fue en el estatal de la Conade en la categoría sub-14, un momento que marcó su amor por este deporte. Actualmente, se prepara estudiando libros de estrategias y tácticas, como el libro de Grau, y participando en torneos para afinar sus habilidades.
Berenice destacó la importancia del ajedrez en su vida académica, mencionando que le ha brindado herramientas valiosas como la concentración, la resiliencia y la resolución de problemas. Estas habilidades no solo le han ayudado en el tablero, sino también en su carrera de física, donde aplica el pensamiento lateral para resolver problemas complejos.
Con un estilo de juego defensivo, pero con chispas de ataque, Berenice analiza meticulosamente sus partidas para aprender de cada error. Aunque las derrotas pueden ser frustrantes, las ve como parte del proceso de mejora. Su dedicación y disciplina son evidentes, y espera llevar el nombre de la UNACH a lo más alto en los próximos torneos.
Berenice también compartió su visión a futuro, expresando su deseo de equilibrar su pasión por el ajedrez con su carrera en física. Aunque no descarta la posibilidad de tener que elegir entre ambos en algún momento, por ahora está comprometida a seguir desarrollándose en ambas áreas.
La comunidad universitaria celebra el talento y dedicación de Berenice, quien no solo representa a la UNACH en el ajedrez, sino que también es un ejemplo de perseverancia y excelencia académica. ¡Mucho éxito, Berenice!
Texto: Claudia I González Farrera
Imágen: DCS/UNACH
Ángela Lizeth Flores Avenir, estudiante de la licenciatura en Enseñanza del Inglés en la Facultad de Lenguas de nuestra universidad, es un ejemplo de resiliencia y determinación. A pesar de haber nacido sin el sentido de la vista, ha demostrado que no hay límites para quien tiene sueños claros y la voluntad de alcanzarlos.
Nacida prematuramente en Michoacán, Ángela inició su educación en un Centro de Atención Múltiple (CAM), donde desarrolló habilidades a través de actividades adaptadas. A los nueve años, al llegar a Chiapas, comenzó a estudiar en una escuela regular, marcando el inicio de un camino lleno de retos y triunfos. Hoy, con el apoyo de sus padres y herramientas tecnológicas como un iPad, está a pocos semestres de graduarse. "Mis papás son mi compañía y mi motor", afirma con gratitud.
En una entrevista reciente, Ángela compartió su experiencia en la universidad: "Me siento muy contenta porque me gustan mucho los idiomas. Muchos creen que las personas con discapacidad no pueden hacer cosas, pero no hay barreras para nosotros. Lo que deseamos hacer será posible porque lo queremos lograr". Sus palabras reflejan una fortaleza inquebrantable.
Ángela aspira a ser una mujer independiente, trabajar como traductora en un aeropuerto o empresa internacional, y explorar el mundo. "Deseo superarme, quiero ser autosuficiente y tener un trabajo donde sea independiente", expresó con firmeza. Países como España o Estados Unidos están en su lista de destinos, ya que considera que ofrecen más oportunidades laborales.
Destacó el apoyo de sus profesores y compañeros: "Me siento muy cómoda. Mis maestros han sabido adecuar mis actividades, y mis compañeros han sido muy colaborativos". Este ambiente inclusivo ha sido clave para su desarrollo.
En el marco de los 50 años de la UNACH, Ángela expresó su gratitud: "Agradezco el gran avance que hemos tenido. Espero que sigamos creciendo como universidad". Resaltó las adaptaciones tecnológicas y metodológicas que han facilitado su aprendizaje.
Para cerrar, envió un mensaje a la comunidad universitaria: "Gracias a todos los que me han apoyado. A veces, por miedo al fracaso, creemos que no podremos, pero es importante que nos impulsen. Si me ven caer, no me suelten".
Ángela Lizeth Flores es un ejemplo de que las limitaciones no están en el cuerpo, sino en la mente. Desde la UNACH, celebramos su espíritu luchador y le deseamos éxito en todos sus proyectos. ¡El mundo está listo para recibirla con los brazos abiertos!
Texto: Claudia I. González Farrera
Imagen: Mireya Camacho Morales
La Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), a través de la Facultad de Ciencias en Física y Matemáticas, será sede del Entrenamiento Intensivo del Proceso de Selección para la Competencia Internacional de Matemáticas (IMC) 2025, que se llevará a cabo en Vietnam. Este evento, organizado en colaboración con la Olimpiada Mexicana de Matemáticas (OMM), se realizará del 20 al 27 de febrero de 2025 en las instalaciones de la facultad.
El entrenamiento está dirigido a 28 estudiantes de nivel básico, de los cuales 12 son de primaria y 16 de secundaria, provenientes de diversos estados de la República Mexicana. Estos jóvenes talentos, ganadores de medallas en la Olimpiada Mexicana de Matemáticas para Educación Básica (OMMEB), recibirán capacitación intensiva de la mano de expertos en matemáticas, con el objetivo de prepararlos para representar a México en la competencia internacional.
El programa de entrenamiento, que se desarrollará de 9:00 a 13:00 horas y de 15:00 a 19:00 horas, estará a cargo del Dr. Sergio Guzmán Sánchez, Delegado Estatal de la Olimpiada Mexicana de Matemáticas y profesor de tiempo completo de la Facultad de Ciencias en Física y Matemáticas de la UNACH. Además, contará con la participación del Dr. Hugo Villanueva Méndez, Delegado Nacional de la OMMEB, y del Dr. Russell Aarón Quiñones Estrella, entrenador de la OMM y también profesor de la UNACH.
La Olimpiada Mexicana de Matemáticas es un programa de la Sociedad Matemática Mexicana (SMM) que busca promover el estudio de las matemáticas de manera creativa, fomentando el razonamiento y la imaginación de los jóvenes. La participación en estos concursos y entrenamientos es completamente gratuita, gracias al apoyo de patrocinios que financian tanto las olimpiadas nacionales como los viajes a las competencias internacionales.
Este evento refuerza el compromiso de la UNACH con la excelencia académica y el desarrollo del talento joven en el ámbito de las matemáticas. La comunidad universitaria se enorgullece de ser parte de este proceso de formación y selección, que contribuye al fortalecimiento de la educación en México y al reconocimiento internacional de nuestros estudiantes.
¡Mucho éxito a los participantes!
Texto: Claudia I. González Farrera
6 de diciembre de 2024:
13 de enero de 2025 10:00.
13 de enero de 2025 a las 10:02, el momento ideal para evocar las horas serenas.
El Centro de Convenciones Manuel Velasco Suárez de nuestra universidad se convirtió de pronto en un lugar especial, sitio artilugio de la memoria, donde el tiempo se detuvo a ratos, para dar aparición al cristal resuelto de un sueño convertido en realidad, el escenario de un momento a la posteridad: la investidura del Dr. Oswaldo Chacón Rojas como rector de la universidad pública con más historia de Chiapas.
Volteamos a ver y estaban todas las personas que debían estar, faltaron muchas más que el espacio físico no podría albergar ーNo había maneraー todas y todos comunes, vestidos de presente y modernidad, tal cual la visión de un cuadro que se repetía renovándose en esperanza y futuro cada cierto tiempo.
Muchos lo escuchamos fuerte y vivo, se sentía vibrando en el recinto, latía emocionado el corazón del ocelote que volvía a renacer con más bríos, ahí estuvimos, nos acompañamos, nos reunimos, algunas personas que incluso no habían estado en mucho tiempo invitados, sabían que era preciso volver para presenciar el inicio de una nueva etapa en la historia de la universidad pública más importante de Chiapas.
La ceremonia comenzó con el protocolo acostumbrado, pero lo que marcó su singularidad fue el espíritu que se respiraba en cada rincón: un balance perfecto entre tradición y renovación. La Maestra María del Carmen Vázquez Velasco, secretaria general del Honorable Consejo Universitario, dio lectura al acta que formalizó la decisión de la Honorable Junta de Gobierno el 6 de diciembre de 2024. Acto seguido, las insignias que simbolizan la dignidad del cargo fueron colocadas al nuevo rector, quien, visiblemente conmovido, asumió el compromiso de guiar a la UNACH hacia nuevos horizontes.
El discurso del Dr. Chacón Rojas no fue solo una hoja de ruta administrativa, sino un reflejo profundo de su vínculo personal y profesional con la universidad. Evocó sus días como estudiante, la creación del grupo Ágora Jurídica, las aulas que moldearon su pensamiento y su extensa trayectoria como académico. Desde el escenario, trazó un panorama de los retos que enfrenta la institución, recordando la lucha histórica por una universidad pública en Chiapas y su papel transformador en una sociedad que aún enfrenta profundas desigualdades.
Bajo su liderazgo, se delinearon proyectos ambiciosos que incluyen la creación de una Escuela de Medicina con enfoque intercultural en San Cristóbal de las Casas y el primer hospital universitario de la UNACH, acompañado por la actualización de programas educativos y la internacionalización de la institución. Pero más allá de los planes concretos, lo que resonó fue su llamado a la comunidad universitaria a trabajar en unidad y con propósito. "La UNACH está en mi pasado, está en mi presente y estará en mi porvenir", expresó con fuerza, en un gesto que trascendía lo personal para convertirse en una promesa compartida.
El Gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, presente en el evento, reconoció el papel central de la UNACH en el desarrollo de Chiapas y reafirmó su compromiso con la educación superior. Su mensaje, breve pero contundente, reflejó el respaldo del gobierno estatal a los nuevos proyectos que buscarán posicionar a la universidad como un referente nacional e internacional.
La entonación de los himnos, el de nuestra patria instando a la gloria de la batalla y el de nuestro Chiapas evocando la paz, el momento no pudo ser más que un marco perfecto, cerrando no solo un acto protocolario, más allá inaugurando un capítulo cargado de expectativas, esperanza y trabajo conjunto. En la visión del Dr. Oswaldo Chacón Rojas, la UNACH se perfila como una institución que no solo enseña, transforma; una universidad que, en sus 50 años de historia, continúa siendo el faro que guía a Chiapas hacia un futuro más próspero e inclusivo.
Crónica: Raúl Ríos Trujillo. Fotos: DCS/UNACH Comunicación Social Chiapas
El ocelote, pequeño felino ágil y fuerte, ha sido durante décadas un símbolo de identidad para la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH). El pasado 13 de enero de 2025, durante su discurso de toma de protesta, el rector Oswaldo Chacón Rojas marcó el regreso de este emblema al corazón de la comunidad universitaria al proclamar: "¡Que vivan los Ocelotes de la UNACH!". Este gesto simboliza la restauración de un ícono que encarna la historia, los valores y el espíritu de la universidad.
La identidad universitaria de la UNACH se ha construido a lo largo de sus más de cinco décadas de existencia, anclada en valores, símbolos y tradiciones. En 1975, a pocos años de su fundación, se sentaron las bases de esta identidad con la creación del lema y el escudo universitarios, aprobados por el Honorable Consejo Universitario bajo la rectoría de Federico Salazar Narváez. Poco tiempo después, los estudiantes comenzaron a buscar una mascota que representara su esencia. Inspirados en el simbolismo de la fauna regional, eligieron al ocelote, un felino representativo del sureste mexicano.
Desde entonces, el ocelote no solo representó a los equipos deportivos de la universidad, sino que también se convirtió en un emblema de unión y pertenencia para toda la comunidad unachense. En 2002, la creación formal del Club Deportivo Ocelotes fortaleció aún más este vínculo, llevando el nombre y la identidad universitaria a las competencias deportivas nacionales.
En los últimos años, la representación del ocelote había quedado relegada en la identidad institucional. Sin embargo, con motivo del 50 aniversario de la UNACH, su restauración simboliza una vuelta a los valores fundacionales de la universidad. El ocelote es mucho más que una mascota; es una manifestación de los ideales de fortaleza, perseverancia y resiliencia que caracterizan a la comunidad universitaria.
El rector Oswaldo Chacón Rojas destacó la importancia de preservar y revitalizar los símbolos que han dado sentido a la historia de la UNACH. Este regreso del ocelote no solo busca reconectar con las raíces de la institución, sino también inspirar a las nuevas generaciones de estudiantes, docentes y administrativos a construir un futuro lleno de orgullo y compromiso.
La restauración del ocelote es un acto cargado de simbolismo que busca fortalecer el sentido de pertenencia y unidad entre los miembros de la comunidad universitaria. Este paso se alinea con la visión de la UNACH como una institución comprometida con la excelencia académica, el desarrollo social y la construcción de una identidad sólida que sea referente en Chiapas y en el país.
Hoy, el ocelote vuelve a rugir como símbolo de la UNACH, invitando a su comunidad a mirar hacia el futuro con esperanza y determinación. Su regreso es un recordatorio de que la fortaleza de la universidad reside en su capacidad para reconocer su legado, aprender de su historia y trabajar en conjunto por un porvenir próspero.
"Que vivan los Ocelotes de la UNACH", no solo como un grito de identidad, sino como un llamado a construir, juntos, una universidad sólida, incluyente y llena de logros.