En el marco del Día Internacional de la Francofonía, la Universidad Autónoma de Chiapas, a través de la Sección de Francés del Departamento de Lenguas Tuxtla, celebró una jornada que trascendió las aulas para convertirse en un espacio vivo de encuentro con las culturas francófonas. La actividad, que año con año suma voluntades e intereses diversos, volvió a consolidarse como una plataforma educativa, artística y lingüística que fortalece la formación integral de la comunidad universitaria.
Estudiantes de la Licenciatura en Enseñanza del Inglés, junto con docentes y miembros del colectivo FRANCHIS UNACH, ofrecieron una muestra dinámica y profundamente creativa de la pluralidad francófona. La jornada incluyó expresiones artísticas, juegos pedagógicos, degustaciones culinarias y presentaciones musicales que acercaron al público a los valores de diversidad, cooperación y diálogo que caracterizan a la francofonía global.
En esta edición, se contó con la participación especial de estudiantes del Colegio Rufino Tamayo, quienes, con una interpretación musical que conjugó emoción y técnica, añadieron una nota festiva y de colaboración interinstitucional al programa.
Promover el aprendizaje del idioma francés, difundir la riqueza cultural de los países francófonos y fortalecer los vínculos académicos e interculturales son, desde hace varios años, los ejes que guían esta conmemoración, la cual forma parte de las acciones que la UNACH impulsa para proyectar una universidad de vocación internacional.
Durante la clausura, la coordinación del evento subrayó el carácter estratégico de estas actividades:
“Este espacio no es solo una celebración; es un compromiso con la formación global, con el respeto a la diversidad cultural y con el ejercicio vivo del multilingüismo en nuestras aulas”.
La celebración de la Francofonía UNACH 2024 es testimonio del impulso sostenido que la universidad otorga a las lenguas extranjeras como herramientas para la construcción de ciudadanía global, sensibilidad intercultural y diálogo académico.
Así, la UNACH continúa escribiendo su historia internacionalista desde lo local, abriendo puertas a nuevos saberes, acentos y posibilidades.
Texto: Yadira Fontes García
Fotografía: Departamento de Lenguas Tuxtla
La Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) ha iniciado un proyecto histórico de restauración y conservación bibliográfica, luego de que el huracán “Víctor”, registrado en 2023, ocasionara severos daños al 35% del acervo de la Biblioteca Central “Carlos Maciel Espinosa”, uno de los patrimonios culturales y académicos más relevantes del sureste mexicano.
En respuesta a esta contingencia sin precedentes, la Universidad ha emprendido una estrategia técnica y académica sin igual, en colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para garantizar la recuperación integral del acervo afectado, estimado en 24 mil 500 volúmenes. Esta alianza interinstitucional representa una acción de vanguardia en materia de conservación documental en la región, con estándares internacionales y tecnología de última generación.
Durante los 18 meses en que se suspendieron los servicios presenciales en la Biblioteca Central, la UNACH implementó un programa emergente de digitalización, a fin de mantener el acceso al conocimiento para la comunidad universitaria. Actualmente, con una inversión superior a los 3.8 millones de pesos, se ha dado inicio a la restauración de 2 mil volúmenes prioritarios, entre los que destacan obras fundacionales publicadas entre 1940 y 1960, así como el emblemático “Herbario Chiapaneco” de 1897, considerado pieza única y de alto valor histórico para la ciencia en México.
El rector de la UNACH, Dr. Oswaldo Chacón Rojas, subrayó la dimensión simbólica del proyecto:
“Estamos salvando la memoria académica de Chiapas. Cada libro restaurado es un triunfo contra el olvido y una garantía para las futuras generaciones.”
Por su parte, el Mtro. Ricardo Paquini Vega, especialista en conservación documental de la UNAM, señaló que esta colaboración marca un precedente técnico para la región:
“Establecemos nuevos estándares de conservación para el sureste, combinando tecnología de vanguardia con protocolos internacionales.”
La restauración comprende la instalación de un sistema especializado de climatización para el resguardo de fondos documentales, cámaras de desinfección por ozonización, así como técnicas de secado criogénico, diseñadas para preservar la integridad de materiales históricos que, por su antigüedad y fragilidad, requieren procesos minuciosos y altamente controlados.
Como resultado tangible de este proceso, se proyecta la reapertura del Área de Consulta General para marzo de 2025, mientras que el Fondo Histórico completará su rehabilitación para el año 2026, consolidando este esfuerzo como una victoria institucional de largo aliento, que protege no solo libros, sino también la herencia intelectual, científica y cultural de Chiapas.
Con este proyecto, la Universidad Autónoma de Chiapas reafirma su compromiso con la preservación de la memoria universitaria, la responsabilidad patrimonial y el acceso equitativo al conocimiento, respondiendo con dignidad y visión de futuro a los retos que impone el cambio climático en la infraestructura educativa del país.
“Por la conciencia de la necesidad de servir.”
Texto: Claudia I. Gonzalez Farrera
Compromiso, talento y rigor científico. Con estas tres cualidades como estandarte, un grupo de estudiantes de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Campus II, puso en alto el nombre de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) en dos eventos de gran prestigio: el 4° Congreso Médico Veterinario de Pequeñas Especies (COMVET 2025) en Guadalajara y el Congreso Nacional de Medicina Veterinaria y Zootecnia.
Del 15 al 17 de marzo, en el reconocido centro Expo Guadalajara, se congregaron los más destacados expertos nacionales e internacionales del sector veterinario para debatir los temas más actuales en el tratamiento de animales de compañía. Allí, un equipo de estudiantes y docentes de la UNACH no solo participó: triunfó.
El primer lugar en COMVET 2025 fue para nuestras alumnas Danika Jokebeth Zavaleta Mundo, Alondra García Morales, Azul Montserrat Ochoa Araujo, Diana Belén Ruiz Cordero y Fernanda Verde León, quienes presentaron el proyecto titulado:
"Presencia de agentes patógenos en bebederos comunitarios para perros y gatos en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas".
Producto de su Proyecto de Investigación Integrador, esta investigación se desarrolló bajo la asesoría del Dr. Jorge Vázquez Bucheli y fue reconocida no solo por su solidez metodológica, sino por su impacto directo en la salud pública y el bienestar animal. Un ejemplo contundente de cómo la ciencia local puede generar soluciones globales.
A este logro se suma el triunfo de otro grupo de estudiantes en el Congreso Nacional de Medicina Veterinaria y Zootecnia, donde obtuvieron el primer lugar con un proyecto enfocado en bienestar animal y sostenibilidad pecuaria. Este reconocimiento no es casualidad, sino reflejo de la excelencia formativa que la UNACH promueve en todos sus programas.
“Este logro es un reflejo del trabajo conjunto entre estudiantes y docentes, y nos motiva a seguir fortaleciendo la calidad académica en nuestra Facultad”, expresó el Dr. Hernán Mandujano Camacho, Director de la FMVZ, Campus II.
Más allá del triunfo, estos eventos representaron una plataforma de crecimiento académico y profesional, donde nuestras y nuestros estudiantes tuvieron la oportunidad de establecer redes, aprender de especialistas de renombre y proyectar sus investigaciones al mundo. La UNACH, a través de su comunidad veterinaria, está marcando huella en los escenarios más exigentes del país.
Estos éxitos confirman el compromiso institucional con la formación de profesionistas íntegros, capaces de generar conocimiento útil y transformar positivamente su entorno. La UNACH no forma únicamente veterinarios: forma líderes con vocación científica, sentido social y ética profesional.
La comunidad universitaria celebra estos logros con orgullo y gratitud, reconociendo que detrás de cada premio hay horas de estudio, acompañamiento docente, trabajo en equipo y una convicción firme: servir a Chiapas y al mundo desde la ciencia y la educación.
Texto: Claudia I. González Farrera
Imágenes : UNACH
¿Estamos listos para construir juntos una universidad más pertinente e incluyente? La Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) está en un proceso de transformación académica sin precedentes. Con el liderazgo del rector, Oswaldo Chacón Rojas, se está diseñando un nuevo modelo educativo que busca responder mejor a la realidad del estado, del país y del mundo. Para entender la magnitud de este cambio, conversamos con Catalina López Ordoñez, directora de Formación e Investigación Educativa, quien explicó la importancia de este nuevo modelo y el impacto que tendrá en la comunidad universitaria.
A veces damos por hecho que la educación superior debe seguir ciertos moldes preestablecidos, sin detenernos a cuestionar si esos modelos realmente responden a las necesidades de nuestros estudiantes y su contexto. La doctora López Ordoñez señala que el modelo educativo es la base teórica epistemológica que orienta la enseñanza en la universidad. En este caso, se fundamenta en una perspectiva humanista, una corriente que propone una educación que reconozca el conocimiento local y valore las realidades específicas del territorio. Es un cambio profundo: dejar de ver la educación como una copia de sistemas importados y comenzar a construir un modelo propio, alineado con nuestra identidad y necesidades.
Este nuevo modelo tiene varios objetivos esenciales. Uno de ellos es reconocer la importancia del territorio y formar estudiantes que puedan responder a las problemáticas locales con soluciones reales. Durante muchos años, la educación superior en Chiapas ha seguido esquemas ajenos a su realidad, dejando de lado las particularidades de la región. Ahora se busca que la universidad forme profesionales que comprendan y transformen su entorno.
Otro aspecto clave de este modelo es ampliar la visión de los estudiantes y ayudarles a entender que problemas como la pobreza, el deterioro ambiental, la interculturalidad y la salud mental no son exclusivos de Chiapas, sino que forman parte de un contexto global. La intención es que los universitarios no solo analicen estas situaciones, sino que también aporten soluciones desde distintas disciplinas y con una mirada intercultural. En este sentido, la educación deja de ser solo un medio para obtener un título y se convierte en una herramienta para transformar la realidad.
Pero transformar la universidad también implica cuestionarnos qué tipo de educación estamos ofreciendo, para quién y con qué propósito. No se trata sólo de cambios en los planes de estudio, sino de una renovación profunda en la manera de pensar la educación. Por ello, es fundamental que toda la comunidad universitaria participe en este proceso: estudiantes, docentes, administrativos y hasta los empleadores. Es un proyecto que busca ser inclusivo y responder a las necesidades reales de la sociedad.
Para garantizar que esta transformación sea efectiva, la UNACH ha desarrollado un proceso metodológico en varias etapas. Primero, se establecieron grupos de trabajo con docentes e investigadores interesados en contribuir al diseño del modelo. Luego, se realizaron visitas a diversas facultades y unidades académicas en todo el estado, permitiendo que cada región aporte su perspectiva. Ahora, se está preparando un proceso de consulta más amplio, en el que se escuchará a estudiantes, padres de familia, egresados y empleadores. La doctora López Ordoñez enfatiza que es crucial conocer qué está pasando con los egresados: ¿logran insertarse en el mercado laboral?, ¿deben migrar para encontrar oportunidades? Estas preguntas ayudarán a orientar la construcción del nuevo modelo educativo.
El resultado de este esfuerzo será un modelo académico más flexible y pertinente. Se sentarán las bases para programas de estudio más accesibles y dinámicos, alineados con las necesidades del mundo laboral sin comprometer la calidad académica. Se propone la flexibilidad de los programas los cuales se podrán ver reflejados en enfoques pedagógicos innovadores, como programas modulares, aprendizaje por proyectos y educación dual. Además, se integrarán de manera transversal temas esenciales como la equidad de género, la interculturalidad, la sostenibilidad ambiental y el desarrollo tecnológico. En particular, el uso de la inteligencia artificial será un aspecto clave: más allá de comprender su funcionamiento, es necesario reflexionar sobre su impacto y el uso ético que se le dará en la educación y en la vida profesional.
Para acompañar estos cambios, los docentes recibirán formación específica en el nuevo modelo educativo. Durante el próximo verano se ofrecerán cursos que les permitirán familiarizarse con las nuevas metodologías y enfoques. Además, antes de su implementación oficial en agosto de 2025, el modelo será evaluado por diversas instancias, incluyendo el Consejo Universitario de la UNACH, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) y la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL).
Este nuevo modelo educativo representa mucho más que una reforma académica; es un compromiso con una universidad más humana, más cercana a su comunidad y a su realidad. No se trata solo de ajustar planes de estudio, sino de cambiar la manera en que concebimos la educación superior. Será un proceso largo y gradual, pero lo importante es que la UNACH ya ha dado el primer paso. Ahora, la pregunta es: ¿Estamos listos para ser parte de este cambio?
TEXTO: María del Carmen Nucamendi Estrada
En un esfuerzo por fortalecer la protección y asistencia a las personas refugiadas en México, la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) inauguraron la Cátedra Sergio Vieira de Mello, una iniciativa que busca consolidar la vinculación entre la academia y la defensa de los derechos humanos de quienes han sido desplazados forzosamente de sus países.
La Cátedra Sergio Vieira de Mello, impulsada por ACNUR en diversas instituciones de educación superior a nivel mundial, tiene el propósito de generar espacios de formación, investigación y acción en favor de la población refugiada. La UNACH, con su ubicación estratégica en Chiapas, una de las principales puertas de entrada a México para personas en contexto de movilidad, asume un papel clave en este esfuerzo. Desde la academia, se fortalecerán estrategias para la asistencia legal, la atención médica, la integración social y el reconocimiento de los derechos fundamentales de esta población.
Chiapas ha sido históricamente un territorio de tránsito y asentamiento para migrantes y refugiados. En los últimos años, el número de personas que solicitan protección internacional en México ha crecido exponencialmente, y con ello, la necesidad de diseñar políticas públicas e iniciativas académicas que contribuyan a su integración. La UNACH ha trabajado en investigaciones, programas de apoyo comunitario y convenios interinstitucionales que abordan las dinámicas migratorias, lo que la convierte en una aliada estratégica para ACNUR.
Uno de los principales objetivos de la cátedra es la creación de clínicas jurídicas y brigadas de salud, a través de las cuales la comunidad universitaria podrá brindar asesoría legal, acompañamiento psicológico y asistencia médica a personas refugiadas y solicitantes de asilo. Estas acciones permitirán no solo apoyar directamente a quienes lo necesiten, sino también proporcionar formación práctica y sensibilización a estudiantes y docentes sobre las problemáticas que enfrenta esta población.
El evento inaugural contó con la participación de autoridades de la UNACH, ACNUR, el Congreso Local y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), quienes destacaron la importancia de fortalecer el vínculo entre la educación superior y los esfuerzos globales en materia de protección humanitaria. La UNACH se suma así a una red internacional de universidades comprometidas con la generación de conocimiento y la promoción de políticas inclusivas en favor de las personas refugiadas.
La figura de Sergio Vieira de Mello, diplomático brasileño que dedicó su vida a la promoción de la paz y la defensa de los derechos humanos, representa el espíritu de esta cátedra. A través de esta iniciativa, la UNACH reafirma su compromiso con la construcción de una sociedad más equitativa, donde la educación y la solidaridad sean herramientas clave para transformar vidas y abrir nuevas oportunidades a quienes buscan un nuevo comienzo lejos de su país de origen.
Texto: Yadira Fontes García
Imágenes: DCS-UNACH
En la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), el talento y la innovación son una constante, y Michelle Ayala, estudiante de la carrera de Ingeniería de Software de la generación 2024 en la Facultad de Negocios C-IV, es un claro ejemplo de ello. Originaria de Tapachula, Chiapas, Michelle ha puesto en alto el nombre de nuestra universidad al convertirse en una de las ganadoras del prestigioso Swift Student Challenge, un concurso global que reconoce a los jóvenes desarrolladores más prometedores del mundo.
“Crear apps no es sólo una cuestión técnica: es un arte en el que se entrelazan la lógica y la creatividad. Hay algo mágico en ver cómo una idea cobra vida y genera un impacto positivo en las personas”, afirma Michelle, quien ha logrado combinar su pasión por el arte y la tecnología para desarrollar aplicaciones que trascienden lo convencional. Su proyecto más reciente, Be Kind, es un juego interactivo que fomenta la empatía y motiva a los niños a realizar actos de generosidad y servicio hacia los demás.
“Los personajes de mis apps son como mi familia, cada uno tiene su propia historia y personalidad. Con la Mac y el iPad tengo las herramientas y la confianza que necesito para hacerlos realidad”, comparte Michelle, quien ha encontrado en la programación una forma de expresar su creatividad y conectar con las personas.
El camino de Michelle en el mundo del desarrollo de apps comenzó en el Swift Coding Club de la UNACH, un espacio que se ha convertido en un semillero de talentos tecnológicos. “El Swift Coding Club es un entorno motivador, lleno de personas que comparten el deseo de aprender, la pasión y el entusiasmo por la creación de apps de iOS. Con una comunidad así, la programación es aún más enriquecedora. El club se ha convertido en mi segunda casa”, destaca. Fue aquí donde Michelle descubrió que la programación era la manera perfecta de unir su amor por el arte con la tecnología, utilizando herramientas como Xcode, Freeform y Adobe Illustrator para dar vida a sus ideas.
Pero los logros de Michelle no se detienen ahí. Recientemente, representó a la UNACH en la competencia Hackathon Swift Change Makers, celebrada en Monterrey, México. Junto a sus compañeros del Swift Coding Club, desarrolló aplicaciones para solucionar problemas empresariales reales utilizando Swift en la Mac, obteniendo el premio al mejor prototipo. Este triunfo no solo refleja su talento individual, sino también el espíritu colaborativo y el alto nivel académico que promueve la UNACH.
“Ser parte de la comunidad Swift me permite ayudar y estar en contacto con gente de todo el mundo. Agradezco de corazón poder combinar mi amor por el arte y el diseño con la tecnología, salir de mi zona de confort y conocer a otras personas. Vivo entusiasmada por todo lo que está por venir”, expresa Michelle, quien se ha convertido en un referente para la comunidad estudiantil de la UNACH.
Michelle Ayala es más que una estudiante destacada; es un símbolo de cómo la UNACH forma profesionales capaces de destacar en escenarios nacionales e internacionales, utilizando la tecnología como una herramienta para generar un impacto positivo en la sociedad. Su historia inspira a las nuevas generaciones a perseguir sus sueños y a creer en el poder de la innovación.
Michelle Ayala está marcando tendencia en la UNACH y en el mundo
texto: Claudia I. González Farrera
imagenes: Portal College students de Apple
https://www.apple.com/mx/education/college-students/success-stories/ayala/
Desde el inicio del año, las selecciones deportivas de nuestros equipos ocelote han trabajado con intensidad y compromiso para llegar en su mejor nivel a la Universiada Estatal 2025. Entrenamientos, campamentos, juegos de preparación y torneos han sido el pan de cada día para los atletas que representarán a la UNACH en esta competencia. El esfuerzo es constante y el objetivo es claro: obtener el pase a la etapa regional que se llevará a cabo en Mérida, Yucatán.
Son siete universidades las que disputarán este evento estatal: UNACH, UNICACH, ENLEF, ENLEF Tapachula, UTAC Tapachula, UPGCH y la Universidad de la Selva. Cada una con su historia, con sus sueños y con jóvenes que llevan en la piel la pasión por el deporte. Pero, como universitaria y madre de un deportista, me permito resaltar lo que esto significa más allá de la cancha o el tablero: sacrificio, disciplina y amor por lo que se hace.
Los atletas universitarios no solo deben lidiar con la exigencia deportiva, sino también con la académica. Detrás de cada partido, de cada entrenamiento extenuante, hay desvelos, exámenes que no se pueden postergar y familias que, con orgullo, respaldan a estos jóvenes en su camino. Es una labor titánica, muchas veces poco reconocida, pero que construye seres humanos resilientes, organizados y con un temple inquebrantable.
Un ejemplo claro de esta preparación fue el Torneo de Ajedrez Preparatorio "Rumbo al Estatal 2025", donde se reunieron talentos de distintas instituciones, incluyendo seleccionados de CONADE 2025 y jugadoras de la Selección Estatal Femenil de la UNACH. Aquí, se vivió más que una competencia; se respiró aprendizaje, compañerismo y la certeza de que el ajedrez es un deporte sin barreras de género. Fue un espacio donde la estrategia se entrelazó con la pasión, y donde cada movimiento reflejaba horas de preparación y amor por el juego ciencia.
En los próximos días, las selecciones de la UNACH enfrentarán encuentros cruciales. La adrenalina está en su punto máximo y la emoción es palpable. Para muchos, esta Universiada representa una oportunidad única de demostrar que el deporte universitario sigue vivo, que la preparación rinde frutos y que el esfuerzo vale la pena.
Desde nuestra trinchera, sólo podemos animar: Adelante, Ocelotas y Ocelotes que la garra, el corazón y la entrega los lleven lejos. Porque más allá del resultado está el orgullo de portar la camiseta felina, éxito en la Universiada Estatal 2025.
Texto: María del Carmen Nucamendi Estrada
Fotos: SIRESU-DEPORTES.
Con entusiasmo y energía, más de 650 universitarios de Escuelas, Facultades y Centros de Estudio del Campus IV, celebraron con éxito en Tapachula la 6ta Carrera Universitaria de la Amistad 3.5 Km, reafirmando su compromiso con el deporte, la integración y la identidad universitaria.
Desde tempranas horas del 21 de febrero del año en curso, el Campus IV se llenó de color y movimiento, con estudiantes y docentes listos para recorrer el circuito, no solo con el objetivo de cruzar la meta, sino de compartir el espíritu deportivo que distingue a la comunidad universitaria.
La carrera, organizada por la Secretaría de Identidad y Responsabilidad Social Universitaria (SIRESU) y la Coordinación de Extensión Istmo-Costa y Soconusco, contó con la participación de diversas unidades académicas, consolidando el deporte como un pilar en la formación integral de los estudiantes.
El Dr. Gabriel Aguilar García, director de la Escuela de Humanidades C-IV y anfitrión del evento, dio la bienvenida a los participantes, resaltando la importancia del deporte en la vida estudiantil. También estuvieron presentes: Víctor Manuel Egremí de los Santos, coordinador de Extensión SIRESU Istmo-Costa y Soconusco; Jorge Luis Ramírez Mazariegos, delegado del Instituto del Deporte del Gobierno del Estado; y Brenda Edelman, del Instituto Municipal de la Juventud, quienes destacaron el impacto positivo de este tipo de eventos en la formación de los universitarios.
Esta carrera no solo fue un encuentro deportivo, sino una muestra del compromiso de nuestra universidad con la promoción de hábitos saludables y el fortalecimiento del sentido de pertenencia e identidad universitaria, elementos clave en el Proyecto Académico 2022-2026, impulsado por el rector Oswaldo Chacón Rojas.
La práctica deportiva en la universidad no solo mejora el bienestar físico y mental, sino que refuerza valores como la disciplina, el esfuerzo y la convivencia, esenciales en la construcción de una comunidad académica fuerte y comprometida.
El evento contó con el respaldo de VIPS Farrera Tapachula y SB Fitness, patrocinadores de la iniciativa privada que sumaron su apoyo a este evento. La UNACH sigue demostrando que, más allá de las aulas, el deporte es una herramienta clave para la formación de líderes y ciudadanos comprometidos con su entorno.
Texto: María del Carmen Nucamendi Estrada
Fotos: SIRESU-Extensión Istmo-Costa y Soconusco UNACH
Cada lengua que desaparece es una visión del mundo que se pierde. Según la UNESCO, cada dos semanas una lengua deja de hablarse en alguna parte del planeta, llevándose consigo un legado cultural e intelectual invaluable.
Este 2025, al conmemorarse el 25º aniversario del Día Internacional de la Lengua Materna, la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) abrió sus puertas para reflexionar sobre esta realidad y, más importante aún, para impulsar acciones que contribuyan a preservar nuestras lenguas originarias.
El conversatorio "La Lengua Materna: Riqueza cultural, su rescate y preservación", organizado por la Secretaría de Inclusión Social y Diversidad Cultural (SISyDIC) bajo la dirección de la Mtra. Myriam Jazmín González González, fue un espacio de diálogo y compromiso. Realizado en el Aula Magna de la Facultad de Derecho C-III en San Cristóbal de Las Casas, reunió a especialistas, estudiantes y funcionarios que compartieron su preocupación y su pasión por la diversidad lingüística en Chiapas.
La situación es alarmante: en México se hablan 68 lenguas indígenas, pero en nuestro estado, 12 de ellas están en peligro de extinción. Entre las más afectadas se encuentran el tseltal, tsotsil, ch´ol, zoque y tojolabal, junto con otras en estado crítico como el chuj, kanjobal y mam.
Sin embargo, la UNACH no solo reconoce la importancia de estas lenguas, sino que convive con ellas a diario a través de su comunidad estudiantil. Más de 2,000 estudiantes de la universidad se identifican con un pueblo indígena, predominando hablantes de tseltal (31%), ch´ol (20%), tsotsil (20%), zoque (20%), tojolabal (7%) y zapoteco (6%). Facultades como Humanidades, Contaduría y Administración, Ingeniería y Derecho concentran el mayor número de estudiantes indígenas, lo que hace evidente la necesidad de programas que fortalezcan y dignifiquen su riqueza lingüística.
Pero más allá de este conversatorio, la UNACH ha tomado un papel activo en la defensa de las lenguas maternas. A través de la Escuela de Gestión y Autodesarrollo Indígena (EGAI) y en colaboración con el Centro Estatal de Lenguas, Arte y Literatura Indígenas (CELALI), la universidad organizó el evento "Nuestras Lenguas, Nuestros Lenguajes", un espacio de encuentro donde académicos, estudiantes y comunidades indígenas compartieron experiencias y estrategias para revitalizar sus lenguas.
Además, se han promovido diálogos y talleres en línea, abiertos no solo a la comunidad universitaria, sino al público en general, con el objetivo de sensibilizar sobre la importancia de hablar, escribir y vivir nuestras lenguas maternas. También se han desarrollado materiales didácticos en lenguas indígenas para fortalecer la educación bilingüe y bicultural en la región.
A pesar de estos esfuerzos, los desafíos son grandes. La falta de educación en lengua indígena, el racismo y la exclusión siguen siendo barreras que han obligado a muchas comunidades a dejar atrás sus idiomas en favor del español.
Por ello, la UNACH no solo habla de inclusión, sino que la practica. Asume la responsabilidad de ser un espacio donde las lenguas originarias sean protegidas y promovidas, no solo desde el aula, sino en la vida diaria de su comunidad. Porque preservar nuestras lenguas no es solo un acto académico, es un acto de justicia y de identidad.
La diversidad lingüística no nos divide, nos enriquece. Es parte de nuestra historia, de lo que somos y de lo que seremos. Y en la UNACH, seguiremos trabajando para que ninguna lengua se apague.
TEXTO: María del Carmen Nucamendi Estrada.
fotos. sisidyc
Berenice Alcázar Avendaño, estudiante de cuarto semestre de Ingeniería en Física en nuestra universidad, compartió su experiencia como ajedrecista y su pasión por la ciencia. Berenice, quien recientemente obtuvo el primer lugar en el torneo Intercampus de la UNACH, se prepara para representar a la universidad en los próximos eventos regionales y nacionales de ajedrez.
Desde los 4 años, ha estado inmersa en el mundo del ajedrez, aprendiendo de su familia y participando en torneos desde los 8 años. Su mayor logro hasta ahora fue en el estatal de la Conade en la categoría sub-14, un momento que marcó su amor por este deporte. Actualmente, se prepara estudiando libros de estrategias y tácticas, como el libro de Grau, y participando en torneos para afinar sus habilidades.
Berenice destacó la importancia del ajedrez en su vida académica, mencionando que le ha brindado herramientas valiosas como la concentración, la resiliencia y la resolución de problemas. Estas habilidades no solo le han ayudado en el tablero, sino también en su carrera de física, donde aplica el pensamiento lateral para resolver problemas complejos.
Con un estilo de juego defensivo, pero con chispas de ataque, Berenice analiza meticulosamente sus partidas para aprender de cada error. Aunque las derrotas pueden ser frustrantes, las ve como parte del proceso de mejora. Su dedicación y disciplina son evidentes, y espera llevar el nombre de la UNACH a lo más alto en los próximos torneos.
Berenice también compartió su visión a futuro, expresando su deseo de equilibrar su pasión por el ajedrez con su carrera en física. Aunque no descarta la posibilidad de tener que elegir entre ambos en algún momento, por ahora está comprometida a seguir desarrollándose en ambas áreas.
La comunidad universitaria celebra el talento y dedicación de Berenice, quien no solo representa a la UNACH en el ajedrez, sino que también es un ejemplo de perseverancia y excelencia académica. ¡Mucho éxito, Berenice!
Texto: Claudia I González Farrera
Imágen: DCS/UNACH