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Intervención de la diputada Ana Karen Ruíz Coutiño en sesión del Congreso del Estado:

Con su venia, diputado presidente; compañeras y compañeros legisladores; medios de comunicación que nos acompañan y público general aquí presente.

 

Me dirijo a esta honorable tribuna con el corazón lleno de orgullo, con la convicción de que hoy escribiremos una página luminosa en la historia de Chiapas. No todos los días se reconoce de manera oficial lo que desde hace décadas ha sido evidente para el pueblo chiapaneco: el invaluable aporte de la Universidad Autónoma de Chiapas a la educación, a la cultura, a la ciencia y al desarrollo de nuestro estado. Hoy se escribe con tinta indeleble la historia educativa de Chiapas.

 

Porque celebrar a la Universidad Autónoma de Chiapas como benemérita es honrar a esas generaciones que, desde 1974 y aún antes —desde 1826 con la Universidad Literaria—, han convertido las aulas en fuentes de justicia, conocimiento y esperanza para nuestra tierra. La UNACH no nació hace apenas medio siglo; es la heredera directa de la Universidad Literaria de Chiapas, fundada en 1826, la primera institución de educación superior en nuestro estado. Dos siglos después, ese árbol sigue dando frutos, y esos frutos son miles de chiapanecas y chiapanecos que han egresado de sus aulas y han transformado sus comunidades.

 

Desde su fundación, la universidad ha sido mucho más que un centro de educación superior: ha sido refugio de pensamiento libre, taller de saberes, fuente de líderes y cuna de esperanza para miles de jóvenes chiapanecos y mexicanos. Ha estado al lado de las causas justas, promoviendo la inclusión, la equidad y el desarrollo sostenible.

 

Ese legado hoy es un legado vivo y no se mide solo en estadísticas sino en historias. Historias de hijas e hijos de campesinos, de jóvenes indígenas, de madres solteras, de obreros que encontraron en la UNACH no solo un título sino un propósito, porque en sus aulas se gestaron no solo profesionistas, sino también valores, justicia, identidad y servicio. Por ello, hoy celebramos con orgullo y emoción el justo reconocimiento a esa trayectoria de excelencia, entrega y compromiso.

 

Hoy la historia le otorgará un título que no solo honra su pasado, sino que fortalece su presente y engrandece su futuro: Benemérita Universidad Autónoma de Chiapas. Este reconocimiento es para ellas y ellos, para quienes llevan con orgullo en el pecho a su alma máter, para quienes, más allá del aula, representan a la UNACH con excelencia y compromiso. De ahí han salido grandes cuadros políticos, científicas, jueces, artistas, médicas, líderes sociales, todas y todos servidores de Chiapas formados bajo la bandera del conocimiento.

 

Este Congreso no solo otorgará un reconocimiento, sino que reafirma un pacto social profundo con la educación pública. La UNACH ha sido, incluso en los momentos más difíciles, un faro de oportunidades, manteniendo sus puertas abiertas para que las hijas y los hijos del pueblo de Chiapas puedan convertirse en profesionales comprometidos con el desarrollo y el bienestar de nuestra sociedad. Esta trayectoria institucional es testimonio de grandeza y compromiso con nuestra gente.

 

Y hoy Chiapas se sumará con orgullo a un selecto grupo de universidades beneméritas, no por imitación sino por justicia, porque si alguna universidad ha sembrado conocimiento con vocación social es la Universidad Autónoma de Chiapas.

 

Pero esta distinción no debe quedarse en lo simbólico; debe traducirse en resultados reales, tangibles para quienes integran y sueñan con formar parte de la que será Benemérita Universidad Autónoma de Chiapas.

 

Desde la fracción parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional, y con el respaldo respetuoso de las demás fuerzas políticas representadas en este Congreso, así como con el acompañamiento de nuestro señor gobernador, impulsaremos las gestiones necesarias para que este reconocimiento se transforme en políticas públicas que fortalezcan de manera estructural la máxima escuela de estudios de Chiapas.

 

Este nombramiento no es una concesión gratuita; es el fruto de décadas de esfuerzo colectivo, de sacrificios compartidos, de luchas por la autonomía, la libertad de cátedra y el acceso universal al conocimiento. Ser benemérita significa haber servido con honor, con valentía y con resultados a la sociedad chiapaneca. A la comunidad universitaria: estudiantes, académicos, personal administrativo, exalumnos, investigadores y autoridades, gracias, gracias por su entrega, por su perseverancia, por su amor a Chiapas y por demostrar que la educación es y seguirá siendo la herramienta más poderosa de transformación.

 

Y les digo con respeto y admiración: siéntanse orgullosas y orgullosos, este honor también es suyo. Su entrega, su compromiso y su pasión han hecho esto posible en este momento que será recordado.

 

Mi gratitud profunda al Dr. Osvaldo Chacón Rojas, rector hoy de la que será Benemérita Universidad Autónoma de Chiapas, por el compromiso y su responsabilidad con la que ha conducido a la máxima casa de estudios. Su liderazgo ya comienza a dejar huellas en el fortalecimiento institucional y el rumbo académico de la universidad que hoy, con justicia, recibirá tan alta distinción.

 

A la juventud que hoy llena las aulas, les digo, les decimos que este es y será su legado. Llévenlo con dignidad, con responsabilidad y con el compromiso de seguir construyendo una universidad cada día más incluyente, más humana y más comprometida con el pueblo.

 

Y quiero reconocer el gran trabajo del señor gobernador del estado de Chiapas, el Dr. Eduardo Ramírez Aguilar, porque este acto también quedará como parte de su legado histórico. Su respaldo a la educación pública, su sensibilidad por acompañar esta distinción y su impulso al desarrollo académico serán recordados con gratitud por la comunidad educativa de Chiapas y por todo Chiapas.

 

Muchas gracias.