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Nuestra universidad reafirmó su posición como un referente en la educación superior al culminar con éxito la Conferencia Internacional ANUIES-AMPEI-AMEREIAF 2024, un evento que reunió a más de 400 personas representantes de instituciones educativas provenientes de cuatro continentes. Durante tres días, Chiapas se convirtió en el epicentro de reflexiones y debates sobre los desafíos y oportunidades del sector en un mundo interconectado y globalizado.

Carmen Rodríguez Armenta, encargada del despacho de la Subsecretaría de Educación Superior, resaltó el rol estratégico de las universidades en la transformación social, señalando que la internacionalización es clave para preparar a las y los estudiantes frente a los retos de un mundo cambiante.

La conferencia ofreció un programa amplio y diverso que abordó temas fundamentales para el futuro de la educación superior:

  • Innovación educativa: Nuevas metodologías y herramientas que están revolucionando los procesos de enseñanza-aprendizaje.
  • Investigación: Avances recientes en investigación y su impacto directo en la resolución de problemáticas sociales y económicas.
  • Inclusión y equidad: Estrategias para garantizar que la educación superior sea accesible y justa para todas y todos.
  • Sostenibilidad: El papel de las universidades en la construcción de un futuro ambientalmente responsable y ético.

Además de conferencias magistrales, las y los participantes presentaron investigaciones, participaron en talleres interactivos y formaron redes de colaboración internacional que fomentarán el desarrollo conjunto de proyectos académicos y tecnológicos.

La exitosa organización de este evento consolida a nuestra universidad como un modelo de liderazgo académico y organizativo en México y América Latina. Este espacio no solo permitió reflexionar sobre el estado actual de la educación superior, sino que también delineó estrategias para enfrentar los retos futuros con una visión global y comprometida con la justicia social.

Con la clausura de la conferencia, nuestra universidad no solo reafirma su compromiso con la excelencia académica y la innovación, sino que se posiciona como un puente entre instituciones educativas de diversas regiones del mundo. El evento dejó claro que la colaboración internacional es fundamental para construir sistemas educativos más inclusivos, sostenibles y capaces de responder a las necesidades de un planeta interconectado.

Chiapas y nuestra universidad fueron protagonistas de un momento crucial para el sector educativo, demostrando que los esfuerzos locales tienen un impacto global cuando se guían por una visión compartida de progreso y equidad.

Texto e imágenes Yadira Fontes García/Gaceta UNACH

 

Publicado en Noviembre-Diciembre

“Universidad y Salud Pública en las Américas”.

 

Armando Ulloa García1; Ángel René Estrada Arevalo2; Celso Ramos García3.

 

1Facultad de Ciencias Químicas*, Universidad Autónoma de Chiapas. Tapachula, Chiapas, México. 

2Escuela Sistemas Alimentarios. Universidad Autónoma de Chiapas. Tapachula, Chiapas, México.

3Instituto Nacional de Salud Pública Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas, Cuernavaca, Morelos, México.

*autor de correspondencia

Resumen.

En este manuscrito, el lector encontrará una detallada evolución de la Salud Pública en los países de América, particularmente en las Instituciones de Educación Superior (IES). Así mismo, se describe la creación de las Unidades de Formación de Profesionales de la salud pública, en varios países, empero, también se hace referencia a la participación de las instituciones que ofrecen servicios de salud individual y colectiva en la región.

Con el afán de caracterizar la evolución de la formación de profesionales de la salud pública en la región, seguirá sin duda, un empeño similar en la investigación y extensión. En el manuscrito, los autores abordan someramente estas dos funciones al describir la creación del Instituto Nacional de Salud Pública en México y al referirse a la creación de la escuela de Higiene y Salud Pública en el estado de Sao Paulo, Brasil. Un elemento que quizá ayude a la profundización de la descripción de la evolución de la salud pública en la formación de profesionales, la investigación y la extensión, será caracterizar los marcos de referencia sociales y políticos en que se crearon estas instituciones de salud pública en la región.

La llegada del siglo XXI, sin duda alguna ofrece una oportunidad para esclarecer la interrelación entre grupos de actores sociales: las Universidades, el sector salud, y la salud de la población. América Latina se enfrenta a un complejo estado de salud de la población caracterizado por enfermedades reemergentes y emergentes a lo que se puede caracterizar como rezago sanitario, si se agregan, los importantes núcleos de población sin acceso a servicios de salud, con oportunidad, seguridad y calidad. 

Los autores, sin expresarlo, nos plantean la siguiente pregunta ¿Qué hacer en el marco de las IES y de las instituciones públicas responsables de ofrecer servicios individuales y colectivos de salud para contribuir a dar respuesta a la compleja situación de salud de América?

La Universidad y la Salud Pública en las Américas

 

Existen antecedentes, que sugieren que los inicios de la Salud Pública en las Américas, tiene una clara vinculación con Universidades Públicas, ya que dentro de estos espacios académicos se formularon programas de capacitación tales como cursos básicos, diplomados y posgrados. Seguido de la creación de escuelas e institutos, como la Universidad de Johns Hopkins en Baltimore, en 1916, seguida de la Facultad de Medicina y Cirugía de Sao Paulo, la cual en el año de 1924 fue reconocida oficialmente por el gobierno de Brasil como Instituto de Higiene, y en 1931 como Escuela de Higiene y Salud Pública del Estado de Sáo Paulo, todas estas bajo la asistencia financiera de la Fundación Rockefeller.

En América del Norte, particularmente en México, en enero de 1922 se aprobó la fundación de la Escuela de Salubridad, dentro del denominado “proyecto nacionalista” encabezado por el titular de la Secretaría de Educación Pública, José Vasconcelos. Al final de esa década se le denominó Escuela de Salubridad e Higiene y se instaló en el edificio sede del recién creado Instituto de Salubridad y Enfermedades Tropicales (ISET), construido en la calle de Carpio, en el número 470.38. Allí se fundaron laboratorios y una biblioteca, y se imprimieron algunas lecciones de los profesores como textos de consulta. 

 

Cinco años antes de la fundación del INSP, en 1982, el doctor Guillermo Soberón fue designado como secretario de Salubridad y Asistencia. En el año de 1983, como parte de la llamada Reforma Sanitaria de segunda generación, se estableció la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud como un subsector de la Secretaría de Salud, agrupando a los Institutos Nacionales de Salud (INSALUD) de ese momento como los responsables de la investigación. especializada en problemas relevantes de la salud del país. En enero de 1987, se crea el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), resultado de la fusión de tres instituciones ya existentes, entre las que destacan: la Escuela de Salud Pública de México, el Centro de Investigación en Salud Pública; y el Centro de Investigación en Enfermedades Infecciosas. 

 

En el caso de Cuba, cuenta con una amplia trayectoria en Salud Pública, vinculada con las contribuciones de Carlos Finlay que esclarecieron la epidemiología de la fiebre amarilla a fines del siglo pasado. El Instituto que lleva su nombre fue fundado en 1927, con el propósito de ofrecer cursos para preparar médicos en salud pública, enfermeros especializados y oficiales de salud. Sólo después del triunfo de la revolución en 1959, la rápida expansión de los servicios de salud exigió el adiestramiento masivo de personal a todos los niveles y entre 1959 y 1967 el Ministerio de Salud, con la colaboración de la Escuela Sanitaria.

 

En Puerto Rico, la Escuela de Medicina Tropical fue creada por la Asamblea Legislativa de este país, en junio de 1924, con la influencia del Dr. Bailey K. Ashford, médico militar norteamericano que descubrió a comienzos del siglo pasado el Necator americanus, agente etiológico de la anquilostomiasis. En 1955 la escuela ofertó el curso de Maestría en Salud Pública, hasta convertirse en un departamento de medicina preventiva, dentro del recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, con todas las características funcionales de una escuela de salud pública. 

 

En la República de Chile, la creación de la Escuela de Salubridad fue el fruto de la asociación de la Universidad de Chile, el Servicio Nacional de Salubridad, el Instituto Bacteriológico y la Fundación Rockefeller en 1945. Con su creación se deseaba “dar a conocer los fundamentos científicos de la práctica sanitaria, estudiar los problemas nacionales relacionados con la prevención de enfermedades y el fomento de la salud”. En el mismo año, como parte de un movimiento de reforma universitaria, desapareció el concepto de "Escuela de Salubridad" para dar paso a una concepción integral bajo la denominación de "Departamento de Salud Pública y Medicina Social", dependiente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.   

 

En lo que corresponde a Venezuela en 1911, la Oficina de Sanidad Nacional y la Primera Ley de Sanidad Nacional, decretaron la ayuda por parte de la Fundación Rockeffeler, para combatir la Fiebre Amarilla, lo que junto a la lucha antimalárica representó un incremento en la esperanza de vida de las personas. Seguido a este evento, en 1936 se creó el Ministerio de Sanidad y asistencia. El surgimiento de esta organización sanitaria con médicos becados por el gobierno norteamericano se produce el controlar diversas epidemias, fundamentalmente Tuberculosis y Malaria. De ahí, se crea la Escuela de Malariología y de Higiene en 1937 y la fundación de las escuelas de Enfermería y Servicio Social en 1940, mientras que la Escuela de Salud Pública, en diciembre de 1958. 

 

En los años 30´, Perú contaba con el Instituto de Medicina Social, la Facultad de Ciencias Médicas de Lima y la Escuela de Médicos Sanitarios. Con estas dos instituciones en 1937, el Gobierno promulgó la Ley 8493, bajo la cual se declara carrera pública a la función técnica sanitaria desempeñada por profesionales de la medicina e ingeniería sanitaria, siendo esta Escuela el centro superior para la preparación especializada de los futuros médicos sanitarios. 

 

En Argentina, la Universidad Nacional del Litoral conformó en 1947 una escuela de salud pública con profesorado de tiempo completo, ubicada en Santa Fe, hasta 1952 cuando se trasladó a la Ciudad de Rosario. La experiencia recogida y el impacto a través de sus egresados llevaron a la fundación de las dos escuelas que se establecieron en la Buenos Aires, una dependiente de la Universidad y la otra del Ministerio de Salud Pública.  Ambas coexistieron en un clima de dificultades e incluso de cierta rivalidad hasta 1962 cuando se fusionaron bajo la dependencia de la Universidad de Buenos Aires y en estrecha colaboración con la Secretaría de Estado de Salud Pública. 

 

De lo anterior se narra que en las décadas del 50 y 60 se establecieron, en forma regular, las Escuelas de La Habana, San Juan de Puerto Rico, Caracas, Medellín, Lima, Buenos Aires y Río de Janeiro. Cuatro de estas escuelas han adquirido carácter internacional por la admisión de alumnos extranjeros: Sao Paulo, Río de Janeiro, Santiago y San Juan de Puerto Rico, las cuales, en conjunto, adiestraron en el quinquenio 1964-68, 90% de un total de 696 estudiantes procedentes de otros países, en su mayoría becarios de la OPS. Las escuelas de creación más reciente (Buenos Aires, Caracas, Lima y Medellín) también comenzaron a recibir alumnos extranjeros en proporción creciente. Es difícil medir el impacto que estas escuelas han producido en el pensamiento y la acción de las autoridades de salud de América Latina. En 1968, mientras en Latinoamérica se graduaron 1.579 estudiantes de las diversas categorías en un conjunto de nueve escuelas (excluido Puerto Rico), 17 escuelas de los Estados Unidos y Canadá graduaron 44 estudiantes. Las cifras demuestran elocuentemente el desplazamiento masivo de estudiantes latinoamericanos a las escuelas de su propio medio y la grave responsabilidad que recae sobre ellas en cuanto a la formación de personal de salud para el continente. Más aún si se considera que de los 44 graduados en Estados Unidos y Canadá, 25 son de Puerto Rico, escuela donde se imparte enseñanza en español y la cual por su naturaleza y cultura encuadra dentro de las escuelas latinoamericanas. 

Las Universidades y el Fortalecimiento de la Salud Pública.

En las Universidades, una de sus normativas es el Modelo Educativo, en el que formulan las principales funciones sustantivas, entre las que se destacan la Docencia, Investigación y Extensión. En cuanto a la docencia: En la práctica, los espacios en la que se ofertaron programas de pregrado y posgrado en Ciencias de la Salud, tuvieron un rol muy importante en la formación y capacitación de recursos humanos en áreas de la epidemiología, administración de salud, atención primaria de la salud, promoción de la salud y otras áreas que se puedan insertar en la mejora de la salud de las comunidades, con un enfoque de responsabilidad social universitaria. 

En cuanto a la función de la Investigación. La formación de Redes de Investigación en Políticas y Sistemas de Salud interinstitucional, nacionales e internacionales, fueron pilares de la investigación.  Estas redes jugaron un papel importante en la gestión del conocimiento en la Salud Pública, un ejemplo de ello es el modelo de la red colombiana de investigación. Mientras que en la función de Extensión. Se resalta el papel de la extensión Universitaria como una importante función social y un proceso formativo integrador de los vínculos Universidad-Sociedad; o sea, entre las diversas formas de la cultura universitaria y su entorno comunitario, regional, nacional e internacional. Su desarrollo continuo, es vital en la formación de una sociedad preparada para asimilar los diferentes escenarios y vivir a la altura de su época, contribuyendo a transformarla, por lo que la misma tiene desafíos muy importantes en la contemporaneidad. 

Para el logro de lo antes expuesto, es necesario que las universidades tengan acceso a tecnologías de vanguardia, que incluyan laboratorios, equipos médicos, y sistemas de información que son fundamentales para el monitoreo, la gestión, el diagnóstico y tratamiento de enfermedades.

Retos futuros de las Universidades y la Salud Pública.

Las enfermedades infecciosas desatendidas, crónicas degenerativas, enfermedades zoonóticas (gripe aviar H5N1), y síndrome respiratorio agudo grave (SAR-COVID19, son algunos ejemplos de enfermedades emergentes y reemergentes, que se han presentado en forma epidémica y/o pandémicas. Ante este escenario, es importante que las universidades deben de estar preparadas para responder a las emergencias sanitarias, conjuntamente con el Sistema de Salud Regional o Federal.  Así, mismo deben promover la equidad y acceso a la Salud de la comunidad, a través de programas de atención y promoción de la salud. Por otra parte, es necesario incorporar recursos humanos para atender eficazmente los problemas de salud. Finalmente, es importante que las universidades signen convenios para fortalecer los programas de desarrollo científico, promoción de actividades de formación, educación continua, actualización profesional y estudios de posgrado.

Es importante resaltar que, en Latinoamérica, a partir de la década de los 80, según datos de la OPS, se produjo un deterioro creciente de la práctica médica hegemónica en pertinencia social y calidad técnica, sobre todo en el sector público, como muestra fehaciente la falta de inequidad en la atención médica.

En resumen, las Universidades deben estar preparadas para enfrentar estos retos futuros mediante la innovación, la colaboración interdisciplinaria, el uso de tecnología avanzada, el enfoque en la equidad y la sostenibilidad, y el fortalecimiento de la educación y la investigación en Salud Pública.

Referencias bibliográficas. 

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https://www.insp.mx/avisos/la-fundacion-del-instituto-nacional-de-salud-publica

Publicado en Octubre

La Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) ha dado un paso importante hacia la modernización y la innovación educativa mediante la implementación de tecnologías de realidad aumentada (RA) y realidad virtual (RV), con el objetivo de transformar la experiencia universitaria de estudiantes, docentes y personal administrativo. El proyecto, desarrollado por un equipo multidisciplinario de la universidad, tiene como fin mejorar la navegación y el aprendizaje, y ofrecer nuevas formas de interactuar con el entorno académico. En una reciente entrevista con los responsables del proyecto, se discutieron los detalles técnicos y los beneficios que esta tecnología aporta a la comunidad universitaria.

Tecnología utilizada para la creación de la aplicación en RA

El equipo encargado del desarrollo de la aplicación de realidad aumentada en la UNACH utilizó Unity, un motor de desarrollo de videojuegos, como plataforma principal para crear la aplicación de RA. Esta herramienta permite el diseño de experiencias interactivas y la integración de la tecnología con dispositivos móviles de manera intuitiva. Además, el uso de Vuforia, una poderosa plataforma de RA, fue clave para el seguimiento de los marcadores, permitiendo a los usuarios disfrutar de una experiencia inmersiva e interactiva de forma inalámbrica.

“El motor de Unity fue esencial para crear la aplicación de realidad aumentada, ya que nos permitió desarrollar la funcionalidad de la app de manera eficiente. Con la ayuda de Vuforia, pudimos integrar el seguimiento de marcadores y facilitar la experiencia para los usuarios sin necesidad de complicados procesos adicionales,” explicó Eduardo Salvador Zenteno Hernández, programador y desarrollador de los proyectos de RA y RV.

Una de las características destacadas de este proyecto es su integración con los sistemas existentes de la universidad. A través de la página web oficial de la UNACH, https://mapa.unach.mx/, los estudiantes pueden acceder al mapa interactivo de la universidad, lo que les permite identificar ubicaciones y trazar rutas hacia su destino. Esta funcionalidad, combinada con el uso de RA, crea una experiencia de navegación más dinámica y accesible.

Además, la universidad ha utilizado Instagram para crear filtros de RA que no requieren la instalación de ninguna app adicional. Esto facilita aún más el acceso de la comunidad universitaria a las herramientas tecnológicas, ya que los usuarios pueden disfrutar de la experiencia simplemente a través de las redes sociales.

El principal objetivo de implementar la realidad aumentada en la UNACH es mostrar a los estudiantes el potencial de la programación en áreas más allá de los sistemas web o aplicaciones móviles tradicionales. A través de esta tecnología, la universidad busca abrir nuevas posibilidades de aprendizaje, mostrando que la programación puede aplicarse de formas innovadoras como en la creación de experiencias interactivas y educativas.

“Queremos que los estudiantes vean que la programación no solo es útil para sistemas web o apps móviles. Al integrar la RA, estamos demostrando cómo se pueden crear experiencias únicas que involucren a los usuarios de una manera inmersiva y educativa,” comentó Karla Mitzuli Aguilar Vázquez, modeladora en 3D de los proyectos.

La aplicación de RA ha generado una respuesta positiva en la comunidad universitaria. Según los responsables del proyecto, se ha notado un aumento en la motivación de los estudiantes para investigar y participar en proyectos tecnológicos. Además, la tecnología ha facilitado la enseñanza de temas complejos, permitiendo una comprensión más interactiva y visual de los contenidos académicos.

El impacto también ha sido evidente en la participación del público. Aunque no se tiene un registro específico de los usuarios, los datos disponibles muestran que alrededor de 900 personas han interactuado con la experiencia, lo que refleja un notable interés en esta nueva forma de aprender y explorar el campus universitario.

“El uso de la realidad aumentada ha permitido que los estudiantes se entusiasmen más con la tecnología. Ha aumentado el interés por crear proyectos propios, y eso es exactamente lo que buscábamos: despertar la curiosidad y el deseo de explorar más allá de lo que se enseña en el aula,” señaló Manuel Fernández Guillén, diseñador gráfico del equipo.

A pesar del éxito alcanzado, el proyecto ha enfrentado desafíos técnicos, especialmente en lo que respecta a la interacción de las físicas en el entorno de la RA y la programación en C#, el lenguaje utilizado en Unity. Sin embargo, los desarrolladores consideran que estos desafíos representan oportunidades para seguir mejorando y perfeccionando la aplicación.

Por otro lado, aunque por el momento el proyecto es demostrativo y no se planea su expansión inmediata a otras áreas de la universidad, el equipo tiene la esperanza de implementar nuevas funcionalidades en el futuro, como tours virtuales temáticos y la integración con otros sistemas de información de la universidad, como los de bibliotecas y laboratorios, lo que permitiría una experiencia aún más completa y educativa.

“A largo plazo, nos gustaría expandir esta tecnología a otras áreas de la universidad y explorar nuevas aplicaciones, como la creación de recorridos virtuales por los museos de la universidad o la localización de servicios específicos dentro del campus,” afirmó Claudia Janeth Ramos Espinosa, desarrolladora de la página web del proyecto.

Para garantizar la sostenibilidad del proyecto, el equipo confía en que plataformas como Vuforia continúen ofreciendo soporte y actualizaciones para asegurar que la tecnología siga siendo funcional y accesible para los usuarios. La plataforma se ha mostrado robusta y confiable, lo que permite que la aplicación siga operativa a largo plazo.

“El éxito de este proyecto depende en gran parte de la continuidad de las plataformas que utilizamos, como Vuforia. Mientras estas herramientas sigan funcionando y brindando soporte, podremos mantener y expandir la experiencia de RA sin problemas,” explicó Héctor de Jesús Coello Gómez, director de proyectos.

Texto e imágenes: Claudia González Farrera

Publicado en Octubre

Catazajá, Chiapas. – En una de las los centros universitarios más simbólicos y más nuevas de nuestra universidad se llevó a cabo la inauguración del IV Congreso Internacional Maya de Investigación Agropecuaria y el III Congreso Nacional Maya de Ciencias Agropecuarias, eventos que reunieron a investigadoras, investigadores, académicas, académicos y productoras y productores del sector agropecuario. Estas jornadas de intercambio científico, celebradas en el marco del 50 aniversario de la UNACH y los 15 años de la Facultad Maya de Estudios Agropecuarios, subrayan el compromiso de la universidad con el desarrollo rural y la sostenibilidad en Chiapas.

Durante el congreso se presentaron un total de 18 conferencias magistrales, 111 ponencias y 16 carteles, en los que se abordaron temáticas relacionadas con la veterinaria, la ecología, los sistemas agrícolas sostenibles y el desarrollo rural. Investigadoras, investigadores y estudiantes presentaron sus hallazgos más recientes, abriendo el debate sobre las últimas tendencias en la investigación agropecuaria y promoviendo el trabajo conjunto entre la academia y el sector productivo. Entre los temas discutidos, el enfoque en la sostenibilidad y las prácticas agroecológicas se destacó como uno de los pilares para enfrentar los retos que impone el cambio climático en la agricultura de la región.

El director de la Facultad Maya de Estudios Agropecuarios, Rubén Monroy Hernández, destacó la trascendencia de estos congresos para consolidar a la UNACH como un referente tanto a nivel nacional como internacional en el ámbito agropecuario. "La investigación que se genera en estos foros es crucial para enfrentar los desafíos del sector y fomentar un desarrollo sostenible", indicó Monroy Hernández. Añadió que el intercambio entre la academia y las y los productores locales es fundamental para impulsar nuevas prácticas que mejoren la productividad y reduzcan el impacto ambiental en las actividades agropecuarias.

Uno de los objetivos centrales del congreso fue generar un espacio donde el diálogo entre académicas y académicos y productores y productoras de distintas regiones pudiera enriquecer el trabajo de campo y la investigación teórica. Este tipo de colaboraciones no solo fortalece la formación de estudiantes en áreas agropecuarias, sino que también ofrece a las comunidades rurales la posibilidad de implementar soluciones basadas en investigación científica. Los avances en tecnologías agrícolas, la promoción de prácticas sostenibles y el uso de recursos naturales locales se perfilaron como temas recurrentes a lo largo de las sesiones, destacando el rol de la ciencia en la construcción de un futuro más sostenible para el sector.

Otro aspecto clave del congreso fue la participación de productoras y productores locales, quienes compartieron sus experiencias y retos en el manejo de cultivos y ganadería en Chiapas. Esta interacción permitió que las investigaciones científicas tuvieran un enfoque más práctico y cercano a las necesidades reales del sector. Las presentaciones sobre agricultura de precisión y nuevas técnicas de manejo de suelos despertaron gran interés entre los asistentes, quienes vieron en estas innovaciones una oportunidad para aumentar la eficiencia productiva y mejorar la calidad de vida en las zonas rurales.

Además, se discutió la necesidad de una mayor vinculación entre la academia y el sector gubernamental, para que las investigaciones y proyectos desarrollados en estos foros puedan tener un impacto tangible en las políticas públicas que apoyan el crecimiento y la innovación en el sector agropecuario de Chiapas y el país.

Finalmente, el rector Carlos Faudstino Natarén Nandayapa destacó que la UNACH seguirá siendo un espacio de referencia para la investigación científica y la formación de profesionales comprometidos con el desarrollo sostenible. "Estos congresos nos permiten fortalecer nuestras redes de colaboración y seguir impulsando una ciencia que responda a las necesidades de la sociedad, en particular de nuestras comunidades rurales", concluyó el rector.

Texto e imágenes: Yadira Fontes García DCS UNACH

Publicado en Septiembre

La Facultad de Ciencias Químicas C-IV de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), ubicada en la ciudad de Tapachula, se posiciona a la vanguardia de la salud pública en el sureste del país al ofrecer un servicio innovador: la detección molecular de la viruela del mono. Este avance permite una respuesta rápida y eficaz para identificar casos de esta enfermedad, contribuyendo al control y manejo de brotes en la región.

 

En entrevista, el Dr. Luis Miguel Canseco Ávila, director de la Facultad, anunció que gracias a los esfuerzos en investigación y desarrollo de su equipo, la UNACH ha logrado implementar un sistema avanzado de detección molecular para la viruela del mono. "Estamos muy orgullosos de anunciar que, después de intensas jornadas de trabajo, hemos equipado nuestros laboratorios para ofrecer un servicio de detección molecular rápido y preciso para la viruela del mono. Nos convertimos en la primera institución pública en el sureste de México en ofrecer este servicio", afirmó el Dr. Canseco Ávila.

 

Este avance representa un avance que coloca a Chiapas a la vanguardia en la lucha contra enfermedades infecciosas emergentes. Con la puesta en marcha de este servicio, la Facultad de Ciencias Químicas reafirma su compromiso con la salud pública y el bienestar de la comunidad, brindando una herramienta crucial para el diagnóstico temprano y la contención de la enfermedad.

 

La viruela del mono ha captado la atención de científicos y autoridades sanitarias a nivel mundial debido a su reciente brote y rápida propagación. En este contexto, la implementación de técnicas de detección molecular se convierte en una herramienta esencial para identificar y controlar los casos de la enfermedad. Esta técnica permite detectar de manera eficiente el ADN del virus, lo que facilita un diagnóstico oportuno y confiable, crucial para la respuesta sanitaria.

 

La Facultad de Ciencias Químicas de la UNACH, reconocida por su excelencia en investigación y formación de profesionales en el área de las ciencias de la salud, ha mostrado un compromiso sobresaliente al abordar los problemas de salud pública. El equipo liderado por el Dr. Canseco Ávila ha trabajado incansablemente para garantizar que los métodos de detección sean de alta precisión y cumplan con los estándares internacionales de calidad.

 

El servicio de detección molecular ofrecido por la UNACH no solo beneficiará a la población chiapaneca, sino que también posiciona a la universidad como un referente en el ámbito de la investigación biomédica en el sureste de México. Este tipo de iniciativas es crucial para fortalecer la colaboración científica con otras instituciones nacionales e internacionales, consolidando a la UNACH como un actor clave en la lucha contra enfermedades infecciosas emergentes.

 

Es importante destacar que la implementación de esta tecnología ha sido posible gracias al apoyo de diversas instituciones y organismos, tanto públicos como privados de la universidad. El financiamiento ha permitido equipar los laboratorios con tecnología de última generación y contratar a personal altamente capacitado. Asimismo, la colaboración con otras universidades y centros de investigación ha sido fundamental para el éxito de este proyecto.

 

Texto y fotos: Claudia González Farrera / Faculta de Ciencias Químicas C-IV

Publicado en Septiembre

Los médicos veterinarios no solo se encargan de la salud animal; su labor abarca mucho más. Son pieza clave en la prevención de enfermedades zoonóticas —aquellas que pueden transmitirse entre animales y personas— y juegan un papel esencial en la protección del bienestar animal, la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible de la producción ganadera. Además, desde una perspectiva ecológica, las y los veterinarios son defensores activos del equilibrio natural, al participar en la conservación de especies y la protección de la fauna.

Este 2024, la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ-UNACH de nuestra universidad organizó una serie de eventos para conmemorar el Día del Médico Veterinario, celebrado en México cada 17 de agosto. Este año, la fecha adquirió un significado especial al coincidir con el 50 aniversario de la UNACH, lo que fortaleció el compromiso de la universidad de formar profesionales que no solo se preocupen por el bienestar animal, sino que también contribuyan al desarrollo agrícola y económico de Chiapas.

Las actividades conmemorativas se llevaron a cabo en el Campus II, en Tuxtla Gutiérrez, y contaron con la participación de una delegación de estudiantes, docentes y personal administrativo de la extensión universitaria de Pichucalco, donde también se imparte el programa de estudios en medicina veterinaria. La participación activa de esta comunidad académica subrayó la importancia de la celebración y el vínculo entre las diferentes sedes de la UNACH.

El 29 de agosto, la facultad vivió una jornada de celebración que rindió homenaje a esta noble profesión. Los estudiantes presentaron una exposición de productos elaborados por ellos mismos, mostrando su creatividad y conocimientos adquiridos. Además, los asistentes disfrutaron de un espectáculo ecuestre y visitas guiadas a la Unidad de Manejo Animal de Cocodrilos, lo que añadió un toque educativo y recreativo a la festividad.

En un estado como Chiapas, donde la veterinaria desempeña un rol fundamental en la economía local, el trabajo de estos profesionales contribuye directamente al bienestar de la población y al crecimiento del sector agropecuario.

Su labor es indispensable en una región rica en biodiversidad como Chiapas, donde el desarrollo rural depende en gran medida de la adecuada gestión de la salud animal y la preservación de los ecosistemas.

En este marco, la FMVZ-UNACH reafirma su compromiso de seguir formando líderes en el campo veterinario que, mediante su vocación y conocimientos, contribuyan a mejorar las condiciones de vida de las comunidades rurales, promover la conservación del medio ambiente y garantizar la seguridad alimentaria.

Texto: María del Carmen Nucamendi Estrada / Imagenes: FMVZ-UNACH DCS-UNACH 

Publicado en Septiembre

El Cielo Austral al Descubierto: SWGO, un Nuevo Ojo en el Universo

En un hito histórico para la astronomía, el proyecto Southern Wide-field Gamma-ray Observatory (SWGO) ha dado un paso crucial hacia su concreción. Tras años de investigación y análisis, el Comité Directivo de SWGO ha seleccionado el Parque Astronómico Atacama en Chile como la sede definitiva para este ambicioso observatorio, que promete abrir nuevas ventanas hacia los fenómenos más extremos del universo.

Concebido como un observatorio de nueva generación, el SWGO está diseñado para detectar rayos gamma de muy alta y ultra-alta energía, emitidos por los objetos más violentos y energéticos del cosmos. Al estudiar estos fenómenos, los científicos esperan desvelar los misterios de los agujeros negros, las estrellas de neutrones, las ráfagas de rayos gamma y las supernovas. La elección del Parque Astronómico Atacama no fue casual; ubicado en una de las regiones más áridas del mundo, ofrece condiciones atmosféricas excepcionalmente claras y estables, ideales para la observación astronómica. Además, su ubicación a más de 4700 metros sobre el nivel del mar minimiza la interferencia de la atmósfera terrestre, optimizando la calidad de las observaciones.

SWGO empleará una red de tanques de agua equipados con tecnología de punta para detectar las partículas secundarias producidas cuando los rayos gamma interactúan con la atmósfera terrestre. Este fenómeno, conocido como radiación Cherenkov, permitirá a los científicos reconstruir la dirección y energía de los rayos gamma originales, creando así un mapa detallado del cielo en rayos gamma de muy alta energía. La tecnología avanzada y el enfoque innovador de SWGO lo posicionan como un proyecto pionero en la exploración del universo extremo.

Este proyecto internacional, que involucra a científicos de más de una docena de países, refleja la importancia de la astronomía como un campo de investigación que trasciende fronteras. La decisión de construir SWGO en Chile no solo reafirma el liderazgo científico de la región, sino que también subraya su compromiso con la exploración del universo. La construcción de SWGO no solo representa un avance significativo para la astronomía, sino que también tendrá un impacto positivo en la región de Atacama, generando empleos, fomentando la investigación científica y atrayendo a estudiantes y científicos de todo el mundo.

Con la construcción de SWGO, la humanidad se acerca un paso más a comprender los misterios del universo. Este observatorio de vanguardia nos permitirá explorar nuevos horizontes y descubrir fenómenos cósmicos nunca antes imaginados. La comunidad científica de la Universidad Autónoma de Chiapas y del resto del mundo espera con entusiasmo los descubrimientos que surgirán de este observatorio único.

Texto: Comunicado SWGO/ Claudia González. Imágen: Video SWGO



 

 

Publicado en Julio-Agosto

El sesgo hereditario en los genes indígenas y su impacto en la salud en Chiapas

 

La Facultad de Ciencias Químicas, Campus IV de nuestra universidad, se ha consolidado como un referente en la investigación genética y en el estudio de las enfermedades que afectan a la población del sur de México explicó el Dr. Luis Miguel Canseco Ávila, director de la Facultad, en entrevista exclusiva para la Gaceta UNACH. 

 

En Chiapas, un estado caracterizado por su rica diversidad étnica y cultural, los estudios han revelado un sesgo hereditario significativo en los genes indígenas, lo que influye en la prevalencia de ciertas enfermedades y comorbilidades. Investigaciones recientes publicadas por la facultad han demostrado que la población chiapaneca tiene una herencia amerindia superior al 60%, lo que la distingue notablemente del resto del país y se convierte en un factor clave para entender las peculiaridades de salud en la región señaló Canseco Ávila.

 

La situación geográfica y socioeconómica de Chiapas también contribuye a que sea un nicho perfecto para la proliferación de diversas enfermedades. El clima cálido y húmedo, junto con una dispersa infraestructura de salud, hace que las enfermedades infecciosas, como el dengue y el paludismo, sean prevalentes. Además, la alta tasa de pobreza y marginación en muchas comunidades chiapanecas exacerba los problemas de salud, ubicando al estado en los primeros lugares de enfermedades crónicas como la diabetes y el infarto. El director de la Facultad de Ciencias Químicas afirmó que su institución ha desempeñado un papel crucial en el estudio de estas patologías, aportando valiosos conocimientos para entender cómo los factores genéticos y ambientales interactúan en la población local.

 

Desde su fundación el 08 de septiembre de 1975, la Facultad de Ciencias Químicas ha mantenido un firme compromiso con la investigación y el servicio a la comunidad. Con tres laboratorios principales, la facultad no solo ofrece servicios de análisis clínicos y bromatológicos, sino que también se ha destacado en el campo de la biomedicina molecular con varias generaciones de profesionistas de las ciencias químicas, muchas y muchos de los cuales también ha dedicado su vida a la investigación. Por ejemplo argumentó el académico, durante la pandemia de COVID-19, el laboratorio de diagnóstico y biomedicina molecular de la facultad se convirtió en un pilar en la detección del virus, brindando servicios no solo a Chiapas, sino también a otros países de Centroamérica y a regiones tan lejanas como Asia y Europa. Estos esfuerzos no solo contribuyeron al control de la pandemia, sino que han posicionado a la UNACH como un líder en investigación científica en la región.

 

El equipamiento avanzado y la capacidad investigativa de la facultad permiten que los laboratorios ofrezcan servicios de alta calidad a precios accesibles, beneficiando tanto a la comunidad local como a otras partes del mundo. La reciente adquisición de equipos, gracias al apoyo del rector Carlos Natarén Nandayapa, ha permitido ampliar los servicios ofrecidos, incluyendo la detección de elementos como calcio y potasio en suelos, y la conservación de muestras biológicas para investigaciones futuras. Con esta infraestructura, la Facultad de Ciencias Químicas continúa su misión de apoyar la salud pública y contribuir al avance de la ciencia, abordando los complejos desafíos de salud que enfrenta Chiapas y otras regiones.

 

Publicado en Julio-Agosto

Obtiene Programa de Médico Cirujano en Tapachula acreditación de calidad 

 

Nuestra universidad ha alcanzado un nuevo logro en su misión de ofrecer educación de excelencia al recibir la acreditación del Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica (COMAEM) para el programa de Licenciatura en Médico Cirujano, impartido en la Facultad de Medicina Humana de Tapachula. Este reconocimiento, válido por un periodo de cinco años, ratifica la calidad y el rigor académico de uno de los programas educativos más destacados de la universidad.

 

La acreditación del COMAEM no solo avala la excelencia en la formación académica, sino que también garantiza que los egresados de este programa cuenten con las competencias y habilidades necesarias para ofrecer una atención médica de calidad, alineada con los más altos estándares nacionales e internacionales. Este logro es un reflejo del compromiso continuo de la UNACH con la formación de profesionales de la salud capaces de enfrentar los desafíos del entorno sanitario actual.

 

César Aguilar Meza, el director de esta institución, subrayó que la acreditación es el resultado de un esfuerzo conjunto y del compromiso de toda la comunidad universitaria. "Este reconocimiento es fruto del trabajo en equipo, de la dedicación de nuestro cuerpo docente, y de la colaboración de nuestros estudiantes y personal administrativo. Todos hemos contribuido a fortalecer la calidad educativa que ofrecemos en nuestra facultad", afirmó.

 

El proceso llevado a cabo por el COMAEM evaluó de manera exhaustiva diversos aspectos fundamentales del programa, tales como la infraestructura, el cuerpo docente, los planes de estudio, los métodos de enseñanza-aprendizaje y los resultados obtenidos por los estudiantes. Cada uno de estos componentes fue analizado con rigor para asegurar que el programa cumple con los criterios de calidad exigidos por los organismos de acreditación.

 

Con la obtención de esta acreditación, la UNACH no solo refuerza su prestigio como institución educativa, sino que también reafirma su compromiso con la sociedad chiapaneca y el país, al formar profesionales de la salud altamente capacitados. La universidad se mantiene firme en su misión de contribuir al bienestar social a través de la educación y la preparación de médicos que estarán al servicio de la comunidad, con la capacidad y el conocimiento necesarios para enfrentar los retos de la medicina moderna.

 

Este logro también representa un avance significativo para la Facultad de Medicina Humana de Tapachula, consolidándose como un referente en la formación médica en la región sureste del país. La acreditación es una garantía para los estudiantes, sus familias y la sociedad en general, de que la educación impartida en la UNACH es de la más alta calidad, y que los futuros médicos formados en sus aulas estarán preparados para desempeñar su labor con excelencia y responsabilidad.

 

Texto: Yadira Fontes García Imágenes: Facultad de Medicina Tapachula.

Publicado en Julio-Agosto

Desigualdad en mujeres atendidas con cancer revela investigación de Maestría de Estudios Culturales

La investigación presentada por una alumna de la Maestría en Estudios Culturales (MEC) de la Facultad de Humanidades de nuestra universidad arrojó resultados que revelaron desigualdades y desafíos enfrentados por mujeres chiapanecas diagnosticadas con cáncer. 

 

Grisel Gómez Guerra, estudiante de la MEC señaló en entrevista que producto de una investigación exhaustiva, su investigación logró documentar algunas de las carencias del sistema de salud y visibilizar las vivencias de pacientes durante un proceso tan complejo como lo es el padecer una enfermedad como cáncer en Chiapas. 

 

Y es que, su trabajo académico, mismo que fue evaluado por pares, titulado "Mujeres diagnosticadas con cáncer en Chiapas: Itinerarios corporales del tránsito de los cuidados de la enfermedad", no solo expone una realidad alarmante, sino también propone alternativas para mejorar la atención a este sector de la población.

 

A nivel mundial, el cáncer es una de las principales causas de muerte. En México, y particularmente en Chiapas, esta enfermedad representa un grave problema de salud pública, afectando desproporcionadamente a las mujeres. Las desigualdades sociales, económicas y culturales agravan las condiciones de vida de las pacientes con cáncer en la región, limitando su acceso a tratamientos oportunos y de calidad.

 

A partir de su propia experiencia como cuidadora de su madre, quien padece cáncer, y posteriormente como paciente, Gómez Guerra ha construido un relato conmovedor y revelador. Su investigación, basada en entrevistas y análisis de casos, desvela las múltiples dificultades que enfrentan las mujeres chiapanecas al ser diagnosticadas con cáncer, desde el acceso limitado a tratamientos adecuados hasta la falta de apoyo emocional y social.

 

Durante un detallado reporte la investigadora destaca la importancia de visibilizar las desigualdades sociales y económicas que agravan las condiciones de vida de estas mujeres. Asimismo, subraya la necesidad de fortalecer los servicios de salud para garantizar una atención integral y oportuna.

 

"Mi objetivo es generar conciencia sobre las necesidades específicas de las mujeres con cáncer en Chiapas y promover cambios en el sistema de salud", afirma Gómez Guerra.

 

"Es fundamental que se priorice la detección temprana, se brinden tratamientos adecuados y se fortalezcan las redes de apoyo para las pacientes y sus familias".

 

De acuerdo a estos resultado obtenidos, Gómez Guerra justificó como posible solución a la problemática la creación de una red de apoyo entre pacientes y cuidadoras, misma que buscó constituir con mujeres que sufren el mismo padecimiento y en común compartir información, experiencias y recursos. Esta iniciativa demuestra el poder transformador de la investigación y la importancia de la solidaridad entre las mujeres.

 

La investigación de Grisel Gómez Guerra representa un valioso aporte al conocimiento sobre la situación de las mujeres con cáncer en Chiapas. Sus hallazgos son un llamado a la acción para que las instituciones de salud, los gobiernos y la sociedad en su conjunto, trabajen de manera unida para garantizar una atención digna y equitativa para todas las mujeres que enfrentan esta enfermedad.

 

Texto: Yadira Fontes García. Imágenes: Gildardo Morales 

 

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