En un mundo donde la calidad educativa se ha convertido en la llave que abre puertas y crea oportunidades, la Benemérita Universidad Autónoma de Chiapas ha dado un paso significativo para situarse entre las mejores. El pasado 4 de agosto, desde Nueva Zelanda, llegó la notificación que confirma a la UNACH como parte del selecto Foro Mundial de Instituciones Certificadas y la acredita con la certificación ISO 21001, un estándar internacional diseñado específicamente para organizaciones educativas. No es un título más, es un reconocimiento que habla de compromiso, de visión y de una manera distinta de hacer universidad.
Obtener la ISO 21001 significa que la UNACH cumple con un modelo de gestión educativa de clase mundial, alineado a más del 90% con los criterios del Consejo para la Acreditación de la Educación Superior. Y no es casualidad que este logro haya sido posible. A diferencia de la ISO 9001, que evalúa sistemas de gestión de calidad de manera general, la ISO 21001 profundiza en aspectos esenciales de la educación, pertinencia de los planes de estudio, diseño curricular colaborativo, enseñanza significativa y un profesorado capaz de motivar y formar ciudadanos íntegros.
Al respecto el rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Chiapas, Oswaldo Chacón Rojas, ha señalado que este proyecto es el “modelo más grande y ambicioso” que se haya implementado, evaluando 65 procesos institucionales que van desde el ingreso hasta el egreso del estudiante. Y lo más valioso, su propósito central es la formación de “gente de bien”, alejándose de la idea de que las universidades son solo “fábricas de grados” para asumir su responsabilidad como formadoras de personas comprometidas con su entorno.
Este reconocimiento también mira hacia el futuro. La norma ISO 21001 se conecta con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, incorpora principios de sustentabilidad, cuidado ambiental y diversidad, y armoniza con los sistemas de evaluación tanto nacionales como internacionales. Podríamos decir que esta certificación es, en cierto sentido, una “cédula profesional” global para el sistema de gestión de la UNACH, con reconocimiento y visibilidad en todo el mundo.
Pero lo que realmente enriquece este logro es su origen, Chiapas. Un estado que, por años, ha enfrentado grandes desafíos en el acceso y la cobertura de la educación superior. Que desde aquí surja una universidad que cumple con los más altos estándares internacionales no solo nos llena de orgullo, sino que envía un mensaje claro, la calidad y la excelencia no son exclusivas de las grandes ciudades. Son el fruto del esfuerzo colectivo, de la visión institucional y de la convicción de hacer siempre lo correcto.
Este logro compromete a la UNACH a continuar elevando sus estándares y a seguir acreditando sus programas educativos. Pero más allá de los números y reconocimientos, esta certificación nos recuerda una verdad esencial: cuando una institución cree en su gente y construye con visión de futuro, puede trascender fronteras y transformar realidades. La UNACH no solo ha alcanzado un estándar internacional, ha demostrado que en Chiapas también se puede liderar en calidad educativa. Y esa historia merece ser contada, celebrada y compartida con orgullo.
Texto: María del Carmen Nucamendi Estrada
Imagen: DCS