Agosto marca, una vez más, el inicio de un nuevo semestre en la Benemérita Universidad Autónoma de Chiapas. Como cada ciclo, la comunidad universitaria se renueva, miles de jóvenes inician su camino en la educación superior, con el corazón lleno de ilusiones y mochilas cargadas de sueños.
Esta vez, hay algo distinto en el aire. En el semestre agosto-diciembre 2025, no solo estamos arrancando clases, también estamos reconociéndonos como parte de un proyecto fundamental para el presente y el futuro de Chiapas.
Con la visita del rector Oswaldo Chacón Rojas a diferentes campus de la universidad, se ha iniciado este ciclo escolar con una cercanía que reconforta y da sentido. En su andar por las aulas, pasillos y espacios que habitamos a diario, no solo dio la bienvenida, sino también reafirmó algo que muchas veces olvidamos entre trámites, tareas y pendientes, la UNACH la hacemos todas y todos, desde cada rincón donde late esta institución.
Somos más de 35 mil personas que conformamos esta gran comunidad. Estudiantes que llegan de distintas regiones del estado, incluso de otras partes del país y del extranjero, en busca de una oportunidad para transformar su vida a través del conocimiento. Académicos que con vocación y compromiso impulsan saberes en las ciencias sociales, la salud, las ingenierías, las humanidades, las artes, las lenguas, la economía, la administración y mucho más. Administrativos que sostienen, organizan y facilitan el día a día de nuestras actividades. Somos muchas voces, muchos rostros, muchos acentos, pero con una misma identidad, la de una universidad pública, comprometida y abierta a la sociedad.
La UNACH está presente en 15 regiones socioeconómicas del estado, a través de sus 44 unidades académicas, entre facultades, escuelas, institutos, centros y coordinaciones. Cada una representa un punto de encuentro entre el conocimiento y la comunidad; un espacio donde no solo se aprende, sino donde también se construye ciudadanía, se generan soluciones, se siembra esperanza.
En este semestre, más de 9 mil jóvenes se han inscrito en el primer semestre, una cifra histórica que habla del deseo que sigue vivo en Chiapas por prepararse, por ser más, por salir adelante. Es, también, una responsabilidad enorme para quienes formamos parte de la universidad, abrirles las puertas, acompañarlos, asegurarnos de que no se pierdan en el camino.
Durante estos primeros días, el rector no solo visitó, también escuchó. Estuvo en la Facultad de Humanidades, de Medicina, de Arquitectura, de Ingeniería, de Lenguas y en muchas otras. Habló con docentes, con directores, pero, sobre todo, dialogó con los jóvenes, reconociendo en cada mirada una historia que vale la pena apoyar y acompañar.
En su discurso destacó que estudiar en la UNACH es más que un trámite educativo, es una experiencia que transforma. “Me gusta pensar que la UNACH es como un gran corazón latiendo al ritmo de todo el estado. Nos une el respeto, la diversidad, el trabajo en equipo. Compartimos ciencia, tecnología, arte, cultura, emociones, preocupaciones y también logros. Aquí no se forman solo profesionistas, también se forman seres humanos con conciencia social”.
En este arranque de semestre, más que cifras, lo que nos debe importar es que la universidad siga siendo ese espacio donde cabemos todas y todos. Que no perdamos de vista que nuestra riqueza más grande no está en los edificios ni en los títulos, sino en nuestra gente, en sus ideas, en sus luchas, en sus logros.
Porque la UNACH no está en un solo lugar, está en los nueve campus, en las aulas, en las plataformas en línea, en las comunidades más lejana. Hoy nuestros espacios están llenos de juventud, entusiasmo y sueños por construir.
Hoy tenemos la convicción de que ser parte de esta universidad es un orgullo incomparable. El verdadero desafío está en mantener viva esta casa de estudios, humana y abierta, para que siga siendo un hogar para todos quienes la integran. Aquí estamos, juntos, en la UNACH, nuestra casa,
nuestro compromiso y nuestro futuro.
Texto: María del Carmen Nucamendi Estrada
Imágenes, DCS