La formación integral en la educación superior debe pasar de ser un discurso a una realidad, según el rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) y presidente de la Asociación Mexicana de Educación Continua y a Distancia A.C., Oswaldo Chacón Rojas, en un artículo publicado en El Universal. Reflexiona sobre la urgencia de formar no solo profesionistas, sino ciudadanos comprometidos con su entorno.
Este llamado resuena con la misión de la UNACH de integrar valores humanísticos en su oferta educativa, buscando que los egresados no solo sean competentes en sus campos, sino también agentes de cambio en sus comunidades.
Las universidades tienen una obligación que trasciende lo académico, destacando la necesidad de preparar personas con liderazgo, empatía y ética, capaces de enfrentar retos sociales, económicos y políticos globales, más allá de solo técnicos brillantes. Esto implica un cambio profundo en los currículums, donde se priorice el desarrollo personal junto al técnico, fomentando una visión holística que prepare a los jóvenes para liderar con responsabilidad y conciencia social en un mundo interconectado.
Los modelos educativos actuales, saturados de contenidos y enfocados en la memorización, no responden a las demandas de comunicación, trabajo en equipo, manejo de emociones, resolución de problemas y respeto a la diversidad, habilidades blandas que ahora son esenciales en la formación integral. Esta situación se agrava por la falta de actualización en las metodologías docentes, que a menudo ignoran las necesidades del mercado laboral y las dinámicas sociales actuales, dejando a los estudiantes con un aprendizaje descontextualizado.
El rector advierte que, sin una política nacional clara para integrar y evaluar esta formación, su implementación dependerá de cada universidad, generando desigualdad y relegando un aspecto clave para el desarrollo nacional. Esta disparidad se observa en las diferencias entre instituciones públicas y privadas, donde las primeras luchan por recursos y las segundas priorizan beneficios económicos, perpetuando un sistema educativo fragmentado que no responde uniformemente a las necesidades del país.
El reto incluye fortalecer artes, cultura, deporte, actividades extracurriculares, mentoría y acompañamiento emocional, convirtiendo la educación integral en una necesidad impostergable en un mundo acelerado y complejo. Estas áreas deben ser vistas como pilares de la formación, no como complementos, para asegurar que los estudiantes desarrollen una identidad sólida y habilidades que trasciendan el aula, preparándolos para los desafíos del siglo XXI.
La UNACH reafirma su compromiso con esta visión, promoviendo una educación que forme ciudadanos adaptables, capaces de innovar y contribuir al bienestar colectivo, alineándose con los objetivos de desarrollo sostenible.
Con más de 50 años de trayectoria en formación académica, la Benemérita Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) sigue destacándose por su contribución al desarrollo de Chiapas, posicionándose como un referente en la región por su enfoque en la educación integral y su impacto social.
Texto: María del Carmen Nucamendi Estrada
Imágenes: UNACH