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Y empecé a escribir mi historia… “Trecientas hormigas” de Juana María Ruiz Ortiz

 

Juana María Ruiz Ortiz nació en San Pedro Chenalhó, Los Altos de Chiapas, en la década de 1950. Es hablante de tsotsil. Tras una infancia y adolescencia de abuso y violencia familiar, huyó de su municipio a los 15 años y migró a San Cristóbal de Las Casas. Formó parte del Colectivo de Mujeres de San Cristóbal y durante años realizó trabajo organizativo con mujeres de diversas localidades. 

Después del movimiento Zapatista participó en los Diálogos de San Andrés y viajó a varios países compartiendo la visión y la vivencia de las mujeres indígenas de Chiapas. Escribe poesía, cuentos y narrativa.  

“Por ser mujer no somos bienvenidas en la comunidad, ni con nuestros padres. Nosotras no somos herederas de la tierra, del caballo, de las mulas, de las vacas. Los varones son quienes son bienvenidos”, afirma Juana María en una emotiva entrevista con la Gaceta UNACH.

“Las mujeres no son bienvenidas porque no tienen el poder del hombre, pero yo les demostré que podía trabajar como ellos”, subrayó.

“Tenemos derecho a ser tomadas en cuenta, no podemos quedarnos solas debajo de un puente o de un árbol, debemos tener derecho a ser propietarias de nuestras cosas”, externó.

Con lágrimas en los ojos comentó sobre las situaciones de violencia familiar por parte de su papá, “de bebé me picaron 300 hormigas porque mi papá me quería muerta. Más tarde tuve que ayudar a bajar la carga de las mulas y los caballos, cuando todavía era muy chica y ni siquiera alcanzaba”. 

“Mi abuela paterna me trataba como su caballo de carga. Desde pequeña tuve que buscar leña en el monte. Crecí casi desnuda. Tenía que caminar descalza con el dolor de los pies en tiempos de heladas, hundida en el lodo en tiempos de lluvia. Mi mamá nunca me defendió y mi tía, que sí lo hizo, sólo se aprovechaba de mí. Era y siempre fui un objeto que no valía nada, que sólo había llegado para quitarle su lugar al varón”.

Juana se preparó y recibió cursos para poder redactar “Trecientas hormigas”, un libro en el que relata su historia de vida, de resiliencia, fortaleza y determinación, un relato de una mujer que ha sabido reinventarse en un contexto de violencia machista, sembrando a su paso dignidad, respeto y esperanza.

“Niña que fui, mujer que soy, nagua de mujer, cuerpo de mujer, siento que tengo llagas por toda la mente y todo el cuerpo y no puedo sacar las huellas que tengo grabadas. Aunque quisiera no recordar, es difícil olvidar, no puedo borrar lo que me sucedió en mi niñez y en mi adolescencia. Los recuerdos no me dejan tranquila, en mi mente y en mi sangre hierve la rabia, la memoria”. Este es uno de los fragmentos de su obra escrita en español y tsotsil.

Este texto surge entonces a raíz de la reflexión y el análisis, nacidos en mi interés por abordar un tema muy importante para mí. Primero como una forma de sanar mi mente y mi corazón, pero también para compartir, desde la experiencia y el conocimiento de lo que me sucedió como mujer tsotsil de Chenalhó, Chiapas, la condición de vida por ser niña y por ser mujer en mi comunidad de origen, donde siempre está presente el machismo, donde las niñas no valemos y somos como un objeto que puede ser cambiado en un trueque, como me sucedió a mí.

Recalcó que esta historia de vida la redactó con el afán de darles ánimos a otras mujeres o muchachas , para que levanten la cara, para que hablen, para que sientan que sí se pueden defender y vivir un vida mejor , no se si va a servir,  no se si va ayudar pero es lo que quiero, ojalá que así sea”.

Juana finalmente dijo que quería escribir, “algo de lo que soy, por mis hijos y mis nietos”.




Texto y fotos: Yadira Fontes García

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