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Con la convicción de que el liderazgo femenino transforma comunidades y fortalece instituciones, la nuestra universidad en marco a las conmemoraciones del mes de marzo puso en marcha el Taller de Acompañamiento para Mujeres Líderes Universitarias en el Sur de México, una iniciativa orientada a fortalecer las habilidades de liderazgo de docentes y administrativas que fungen como mentoras dentro de la universidad.

 

Coordinado por las profesoras investigadoras Ivonne Álvarez y Julieta Grajales, este programa reúne a 32 mentoras que desempeñan un papel clave en el acompañamiento académico y profesional de mujeres universitarias en áreas de STE+AM y Humanidades, incluyendo a estudiantes provenientes de comunidades indígenas. La propuesta toma como base la experiencia del proyecto "Mentoría en Acción", desarrollado en el marco del programa Mentoras en Ciencias para la Educación Superior, con financiamiento del British Council México 2023-2024.

 

El objetivo central de este taller es potenciar las capacidades de liderazgo de las participantes, proporcionándoles herramientas para guiar, inspirar y acompañar a nuevas generaciones de universitarias en su trayectoria académica y profesional. Más allá de la instrucción técnica, el programa busca consolidar una red de apoyo entre mujeres, donde la mentoría se convierta en un espacio de crecimiento mutuo y de impulso para el desarrollo profesional en un contexto marcado por desigualdades estructurales.

 

Un aspecto fundamental de esta iniciativa es su enfoque inclusivo, que considera las realidades específicas de las mujeres indígenas dentro de la educación superior. En este sentido, el taller se articula con estrategias que visibilizan y fortalecen la participación de estas estudiantes, promoviendo su acceso a oportunidades de formación y desarrollo profesional en igualdad de condiciones.

 

A lo largo del taller, las participantes abordarán estrategias de mentoría, liderazgo con perspectiva de género y desarrollo de habilidades interpersonales, con la intención de generar modelos de acompañamiento que puedan replicarse en distintas unidades académicas. Además, se fomentará la reflexión en torno a los desafíos que enfrentan las mujeres en la educación superior y en el ámbito profesional, proponiendo soluciones que reduzcan brechas de género y propicien entornos universitarios más equitativos.

 

El impacto de este programa trasciende las aulas, ya que contribuye al fortalecimiento de una comunidad universitaria más inclusiva, donde las mujeres puedan acceder, permanecer y destacar en sus áreas de estudio y trabajo. La mentoría no solo proporciona herramientas académicas y profesionales, sino que también refuerza la confianza y la autonomía de las estudiantes, permitiéndoles enfrentar con mayor seguridad los retos de su formación y su futura inserción laboral.

 

Con este esfuerzo, la UNACH reafirma su compromiso con la equidad de género, consolidando su papel como una institución promotora del liderazgo femenino en la educación superior. A través de iniciativas como esta, la universidad avanza en la construcción de un modelo educativo más inclusivo, solidario y equitativo, donde las mujeres tengan un papel central en la producción del conocimiento y en la transformación social.

 

Texto: Yadira Fontes García

Imágen: UNACH

Publicado en Marzo

Introducción

El Día Internacional de la Mujer, tiene sus raíces en las luchas de las mujeres por la igualdad, la justicia y condiciones laborales dignas. Uno de los eventos más simbólicos es el incendio ocurrido el 25 de marzo de 1911 en la fábrica Triangle Shirtwaist en Nueva York, donde murieron 146 trabajadoras, en su mayoría jóvenes inmigrantes de entre 14 y 23 años, debido a las precarias condiciones laborales y a que las puertas de salida estaban cerradas para evitar robos y descansos no autorizados (NFPA, 2024). Este hecho estremeció a la sociedad y se convirtió en un emblema de la lucha obrera femenina. Previamente, el 28 de febrero de 1909, Estados Unidos celebró el primer Día Nacional de la Mujer, organizado por el Partido Socialista de América, y en 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, se propuso instaurar un día internacional de la mujer trabajadora (Amilpas, 2023)

 

La propuesta fue acogida por más de 100 mujeres de 17 países y se celebró por primera vez el 19 de marzo de 1911 en varias naciones europeas (Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, 2018). Más adelante, en 1917, las protestas de mujeres rusas bajo el lema “Pan y Paz” desencadenaron una huelga masiva que marcó el inicio de la Revolución Rusa; ese día fue el 8 de marzo según el calendario gregoriano, consolidando la fecha como símbolo de lucha y resistencia (Fernandez Astobiza, 2022). La Organización de las Naciones Unidas adoptó oficialmente el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer en 1977, reconociendo su importancia como jornada de reflexión y acción por los derechos de las mujeres (ONU Mujeres, 2025; UNESCO, 2025). Por lo que esta fecha no debe ser vista como una celebración, sino como una conmemoración de la memoria histórica de miles de mujeres que han luchado y en muchas ocasiones han dado su vida por un mundo más justo e igualitario.

 

El 8M y la memoria histórica ausente

 

Cada año, el 8 de marzo satura las redes sociales digitales con mensajes e imágenes coloridas, flores, felicitaciones y frases como “Feliz Día de la Mujer”, pero ¿cuántas personas saben realmente por qué se conmemora esta fecha? 

 

Como profesores universitarios de las licenciaturas en Ingeniería en Desarrollo y Tecnologías de Software y Sistemas Computacionales de la Universidad Autónoma de Chiapas decidimos realizar una encuesta rápida entre estudiantes y colegas con el propósito de conocer cuántas personas comprenden realmente el significado del 8 de marzo. La motivación surgió ante la saturación de redes sociales con mensajes de felicitación por el “Día de la Mujer” y la réplica de quienes enfatizan que no es una fecha para felicitar, sino para conmemorar la lucha histórica por los derechos de las mujeres. La encuesta, inicialmente dirigida a la comunidad universitaria, se compartió ampliamente entre conocidos y en redes sociales, alcanzando un total de 794 respondientes.

 

Sus resultados revelaron datos significativos sobre el nivel de conocimiento de la conmemoración. Aunque el 99.5% de los participantes identificó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, un 32.8% aún cree que la fecha puede celebrarse con fiestas y felicitaciones, lo que indica una comprensión parcial de su significado. Además, el 48.1% de los encuestados no pudo mencionar algún acontecimiento histórico que diera origen a esta conmemoración, lo que sugiere la necesidad de reforzar la educación y difusión sobre la historia y el contexto de la lucha por los derechos de las mujeres.

 

Estos datos evidencian un fenómeno común: recordamos la superficie, pero no el fondo. El incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist, las huelgas obreras y las movilizaciones feministas del siglo XX han quedado fuera del conocimiento colectivo, posiblemente porque rara vez se abordan en las aulas o medios de comunicación.

 

¿Conmemoración o celebración?

 

Uno de los hallazgos más reveladores es la confusión entre conmemorar y celebrar: 92% de los encuestados consideró que el 8M es una conmemoración, no un festejo. No obstante, al preguntar sobre la forma de celebrarlo, muchos todavía optan por regalar flores o felicitar “por ser mujer”, prácticas que diluyen el propósito fundamental de este día.

 

Esta dualidad en las respuestas pone en evidencia cómo la desinformación que se disemina a través de las redes sociales digitales han convertido esta fecha en un evento social. Como sociedad, es necesario reflexionar si la frase “Feliz Día” es la más adecuada, o si se debiese optar por mensajes como “Sigamos luchando por la equidad de género”.

 

 

¿Cómo debería conmemorarse el 8M?

 

A pesar de los desaciertos, hay señales positivas ya que más del 85% considera que lo más importante del 8 de marzo es reflexionar sobre los derechos y la igualdad de género, y la mayoría señaló que asistir a conferencias o participar en actividades educativas es una forma significativa de conmemorar la fecha.

 

Este dato abre una oportunidad: la educación y la participación activa siguen siendo caminos posibles para resignificar el 8M, especialmente entre las juventudes. Sin embargo, para lograr un cambio profundo, es necesario que estas iniciativas trasciendan las aulas y se conviertan en políticas públicas y campañas constantes, no solo eventos anuales alusivos a esta fecha.

 

 

¿Quiénes entienden mejor el 8M?

 

El análisis cruzado por sexo biológico y edad muestra que las mujeres jóvenes entre 15 a 25 años, tienen mayor claridad sobre el significado del 8 de marzo, mientras que algunos hombres y personas de mayor edad tienden a verlo más como una fecha para celebrar con regalos.

 

Este patrón sugiere que las nuevas generaciones están más expuestas a discursos feministas y educación con perspectiva de género, aunque todavía existen resistencias culturales que dificultan su plena comprensión y apropiación crítica.

 

 

Conclusión

 

El 8 de marzo no es una fecha para regalar flores, sino para visibilizar desigualdades, denunciar violencias y exigir derechos. Si bien los datos reflejan avances en la conciencia colectiva, también evidencian vacíos informativos que se deben de atender con urgencia. Como sociedad, tenemos la responsabilidad de rescatar el sentido original del 8M: una lucha histórica que aún no termina. Cambiar la narrativa, dejar de felicitar y empezar a actuar, podría ser el primer paso para honrar verdaderamente a las mujeres que han luchado por los derechos de las mujeres.

 

Referencias:

Amilpas, M. (2023). 8M, día internacional de las mujeres y las niñas. Gaceta Políticas, 294, 4–6. https://www.politicas.unam.mx/gacetas/gaceta294.pdf

Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres. (2018, marzo 6). Día Internacional de la Mujer: ¿por qué es importante conmemorarlo? gob.mx. http://www.gob.mx/conavim/articulos/dia-internacional-de-la-mujer-por-que-es-importante-conmemorarlo?idiom=es

Fernandez Astobiza, I. (2022). Las movilizaciones, herramientas para la cohesión feminista. Revista Internacional de Comunicación y Desarrollo (RICD), 4(15), 53–65. https://doi.org/10.15304/ricd.4.15.8013

National Fire Protection Association. (2024, marzo 1). El incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist de 1911. NFPA. https://www.nfpa.org/es/news-blogs-and-articles/blogs/2024/03/01/the-triangle-shirtwaist-factory-fire-of-1911

ONU Mujeres. (2025, marzo 6). Uno de cada cuatro países notifica un retroceso en los derechos de las mujeres en 2024. ONU Mujeres. https://www.unwomen.org/es/noticias/comunicado-de-prensa/2025/03/uno-de-cada-cuatro-paises-notifica-un-retroceso-en-los-derechos-de-las-mujeres-en-2024

UNESCO. (2025, marzo 8). Día Internacional de la Mujer. https://www.unesco.org/es/days/women



Texto: Gutiérrez Espinosa Enrique; Garzón Clemente Rebeca; Trujillo Santos Luis Alejandro; González Scarpulli Daniel 

Imágen: IA

Publicado en Marzo

La Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) destaca el papel fundamental de las mujeres en la educación superior, donde actualmente representan la mitad de la comunidad estudiantil. Según datos de la Dirección General de Planeación, en los últimos años se ha registrado un incremento significativo en la matrícula femenina, consolidando su presencia en la academia y su impacto como agentes de cambio. Este crecimiento refleja no solo el avance hacia la igualdad de oportunidades, sino también el talento, la dedicación y la determinación de las estudiantes unachenses.

 

El impacto de este crecimiento se refleja en el egreso y la titulación, donde las mujeres han demostrado una presencia destacada. En el nivel de pregrado, el 50.8% de las personas egresadas son mujeres, lo que equivale a 2,112 de un total de 4,157 estudiantes. En cuanto a la titulación, el 44.78% de los graduados son mujeres, sobresaliendo en modalidades como seminario y tesis. Estos datos reflejan no solo el esfuerzo académico de las estudiantes, sino también la importancia de seguir impulsando políticas que fortalezcan su permanencia y desarrollo profesional.

 

En términos de representación por áreas del conocimiento, las mujeres han logrado consolidarse en disciplinas como educación y humanidades, donde constituyen el 67.07% del total de egresados, así como en ciencias sociales y administrativas, con un 55.28%, y en ciencias de la salud, con un 56.04%. Sin embargo, persisten brechas de género en otras áreas como ciencias agropecuarias, donde solo el 36.88% de los egresados son mujeres, ciencias naturales y exactas, con un 27.50%, e ingeniería y tecnología, donde la presencia femenina alcanza apenas el 30%.

 

En términos de titulación, las cifras reflejan tendencias similares, con un predominio femenino en educación y humanidades, mientras que en ciencias agropecuarias y en ciencias naturales y exactas, la proporción sigue siendo menor en comparación con sus compañeros varones.

 

Conscientes de la importancia de reducir estas brechas y fortalecer la equidad en la educación superior, la UNACH ha implementado diversas iniciativas para fomentar la participación de las mujeres en todas las áreas del conocimiento. Una de estas acciones es el curso "Participación de las Mujeres en las Distintas Disciplinas: Causas y Consecuencias de su Ausencia", dirigido a personal docente y administrativo, con el propósito de visibilizar el papel fundamental de las mujeres en la academia y generar estrategias que promuevan su inclusión en todos los ámbitos del quehacer universitario.

 

La UNACH continúa trabajando en la transversalización de la perspectiva de género en sus planes de estudio, en la creación de espacios más equitativos y en el reconocimiento del talento femenino en todas sus disciplinas. 

 

TEXTO: María del Carmen Nucamendi estrada.

CARTEL: Planeación

Publicado en Marzo

El Día Internacional de la Mujer no es una celebración, es una conmemoración. Así lo dejaron en claro los estudiantes de la Facultad de Arquitectura de la UNACH al responder la pregunta inicial de la historiadora feminista Olga Tatiana Jiménez Domínguez, durante su conferencia sobre la historia del 8M. Sin embargo, un breve ejercicio de memoria histórica demostró la enorme brecha que aún persiste en el reconocimiento de las mujeres que han luchado por nuestros derechos.

 

Cuando la ponente mencionó nombres como Miguel Hidalgo, Emiliano Zapata o Andrés Manuel López Obrador, la audiencia los identificó de inmediato. Pero al mencionar a Gertrudis Bocanegra, María Ignacia Rodríguez o Estela Jiménez Esponda, la respuesta fue el silencio. Esta simple dinámica evidenció la invisibilización de las mujeres en la historia, a pesar de su papel fundamental en la lucha por los derechos laborales, la ciencia, las artes y la política.

 

Tatiana Jiménez explicó que el 8M ha cambiado de significado con el tiempo. Lo que comenzó como una jornada de lucha se ha ido transformando, en algunos casos, en una fecha más de celebración que de reflexión. Recordó que el origen del Día Internacional de la Mujer está marcado por eventos trágicos como el incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist en Nueva York, donde murieron 146 trabajadoras, muchas de ellas jóvenes inmigrantes, y la huelga de "Pan y Rosas" en Lawrence, Massachusetts, protagonizada por obreras textiles que exigían mejores condiciones laborales.

 

Estos acontecimientos dieron pie a una lucha global que, décadas después, llevó a la ONU a institucionalizar el 8 de marzo de 1975. Pero, más allá del reconocimiento oficial, el reto sigue siendo el mismo: recordar por qué es necesario seguir luchando.

 

La historiadora destacó la importancia de la educación en casa para desmontar los roles y estereotipos de género que perpetúan desigualdades. Señaló que es fundamental enseñar a los niños a involucrarse en las labores del hogar y permitir a las niñas explorar cualquier actividad que les interese, desde los deportes hasta la ciencia o el arte.

 

Asimismo, subrayó el papel de la UNACH en abrir espacios de diálogo sobre el significado del 8M y la lucha por la equidad de género. La exigencia social ha logrado que el Estado reconozca muchos derechos, pero aún quedan muchos pendientes.

 

"La historia es el puente entre el pasado, el presente y el futuro", afirmó Tatiana Jiménez. En este 8 de marzo, las mujeres le recordamos al Estado que aquí estamos, que aún falta mucho por hacer y que la agenda sigue abierta. La conmemoración no es solo para recordar el pasado, sino para exigir el futuro que nos corresponde.

 

Texto y fotos: María del Carmen Nucamendi Estrada.



Publicado en Marzo

Hablar de la infancia en América Latina es hablar de una crisis que hemos normalizado, una crisis tan profunda que ya no nos sorprende, pero que sigue afectando los derechos de niñas, niños y adolescentes en toda la región.

 

La doctora e investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNACH, Corina Giacomello, lo señala con claridad en entrevista: la región atraviesa una grave crisis de cuidado, un problema que, aunque evidente y urgente, sigue sin ser prioridad en la agenda pública. “Pobreza infantil, trabajo infantil, explotación, embarazos adolescentes, falta de acceso a salud y educación”, enumera Giacomello, como una lista de tareas pendientes que nadie parece abordar con la urgencia que requieren.

 

América Latina vive una profunda crisis de cuidado, afectada por la desigualdad y con altas tasas de pobreza que impactan especialmente a los niños, empujándolos al trabajo desde edades tempranas. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la niñez es uno de los sectores más golpeados por la pobreza, y el trabajo infantil sigue siendo, para muchas familias, una triste estrategia de supervivencia.

 

Giacomello destaca que esta problemática se agrava por las deficiencias en los sistemas educativos y de salud, así como por fenómenos como la explotación sexual y la trata. Es crucial entender que estos problemas no son aislados, sino que forman parte de una crisis más grande que necesita una solución integral y de largo alcance.

 

El trabajo infantil, especialmente en zonas rurales, es una realidad en América Latina y en lugares como Chiapas. Según datos de 2018, UNICEF estimaba que 151.6 millones de niños eran víctimas de trabajo infantil a nivel mundial, y casi la mitad de ellos estaban sometidos a las peores formas de explotación. En México, la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil de 2022 reveló que el 13.1% de los menores entre 6 y 17 años se encuentran en esta situación, con Chiapas ocupando el segundo lugar a nivel nacional. Estas cifras no solo son alarmantes, sino que también reflejan la urgente necesidad de acciones concretas.

 

En este contexto Giacomello señala que las organizaciones de la sociedad civil juegan un papel clave en la defensa de los derechos de los niños, brindando servicios que el Estado no ofrece. La Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) también tiene un rol fundamental al visibilizar estos problemas a través de investigaciones, eventos y programas de capacitación.

 

Como institución académica de referencia en el estado, la UNACH tiene el compromiso de generar debates y ofrecer soluciones basadas en el conocimiento y la autonomía. Un claro ejemplo de este compromiso es el diplomado organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNACH, enfocado en la prevención, atención y combate del trabajo infantil, trabajo forzoso y trata de personas. En este curso gratuito, impartido por expertos de alto nivel, más de 2,000 personas de México y otros países se han sumado, lo que refleja el gran interés por enfrentar esta problemática urgente.

 

Este diplomado demuestra que la UNACH no solo se limita a la formación académica, sino que comprende que la lucha contra la explotación infantil y la trata de personas requiere esfuerzos coordinados entre el sector académico, gubernamental y organizaciones internacionales como la OIT y UNICEF. En un estado como Chiapas, que ocupa el segundo lugar a nivel nacional en trabajo infantil, esta colaboración cobra aún más relevancia.

 

Visibilizar la crisis de la infancia no es solo un acto de denuncia, sino un paso necesario para construir soluciones. La UNACH tiene el compromiso de seguir abriendo espacios de discusión y presentando investigaciones que no se queden en el papel, sino que se conviertan en herramientas para un cambio real. La infancia no puede seguir siendo un tema secundario. Escuchar el silencio de las niñas, niños y adolescentes, entender sus miedos, ausencias y realidades, es el primer paso para transformar su futuro y garantizarles una vida digna.

 

 

TEXTO y FOTOS: María del Carmen Nucamendi Estrada









Publicado en Febrero
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