¡Tengan todos muy buenas tardes! Saludo con gusto a las autoridades que presiden este evento, así como a las autoridades federales y estatales de los sectores público, privado y social que atestiguan este momento histórico para Chiapas y, desde luego, a toda la comunidad universitaria.
Agradezco la distinción de poder usar la voz en nombre de las y los estudiantes de nuestra universidad, pues debo decir con alegría y convicción: me siento afortunada de formar parte de esta institución que día a día trabaja para mejorar la calidad educativa y por preparar a las y los chiapanecos para forjar un mejor futuro.
Han sido tiempos muy buenos para el estado de Chiapas, tiempos de cambio, de esperanza y de transformación real, porque han ocurrido sucesos que sin duda han pasado a la historia, y nosotros hemos sido testigos de ello. Nos ha tocado vivir esta nueva era de transformación, pero sobre todo de humanismo. La UNACH nos ha permitido adquirir los conocimientos y la experiencia que nos permiten dedicarnos a aquello que nos hace felices y que descubrimos como vocación de vida. No hay duda, en Chiapas ha iniciado una nueva era, y nosotros, como jóvenes universitarios, no solo somos testigos, sino también protagonistas de este gran momento. Hoy, gracias a la UNACH, muchos de nosotros tenemos el privilegio de acceder a la educación superior sin tener que salir de nuestro estado, sin dejar nuestro hogar y nuestras comunidades. Esto representa un gran alivio para nuestras familias que con tanto esfuerzo nos apoyan. Los grandes personajes de nuestra historia tienen como común denominador haber tenido que migrar para profesionalizarse. Hoy es distinto; la universidad ha acercado los beneficios de la educación profesional a más regiones de Chiapas, ayudando a reducir gastos de movilidad y rompiendo barreras que antes impedían que muchos jóvenes continuarán con sus estudios, formando así las primeras generaciones de universitarios nacidos y formados en Chiapas.
Hoy los liderazgos de la vida pública en Chiapas y de México son orgullosamente ocelotes. Como bien sabemos, Chiapas enfrenta históricamente un rezago en materia educativa, desde su capital hasta las comunidades más apartadas, y aunque el reto es grande, el trabajo que la UNACH ha hecho durante 50 años ha marcado una diferencia innegable. El escenario es optimista; podemos ver los frutos en los distintos campos disciplinarios: en la docencia, la investigación y la extensión, con oportunidades de diálogo académico y científico, movilidad e intercambio, así como una colaboración decidida a las causas justas, como el gran apoyo del programa de alfabetización "Chiapas Puede". Gracias a nuestro gobernador del estado, el Dr. Eduardo Ramírez Aguilar, por hacer posible este gran proyecto que nos beneficia a las y los chiapanecos. Como futura licenciada en la enseñanza del inglés, debo decir que mi paso por la universidad ha significado conocimiento, adquisición de herramientas para mi labor docente, el acercamiento no solo a un idioma, sino a su cultura, y el acceso a muchas oportunidades y posibilidades de soñar en grande, sin fronteras. En las aulas de la UNACH se forja nuestra conciencia de servir a nuestra gente con mayor empatía, visión global y compromiso social. Gracias al gobernador por su iniciativa de declarar benemérita la máxima casa de estudios de las y los chiapanecos, lo que implica el reconocimiento de todos sus méritos a favor de Chiapas. Gracias a la LXIX Legislatura por hacer suya la propuesta y aprobarla.
Para concluir, Confucio decía que "la educación genera confianza, la confianza genera esperanza, la esperanza genera paz". Por ello, a la comunidad universitaria —estudiantes, personal académico y administrativo, directivos y egresados—, desde la máxima tribuna del estado les invito a seguir trabajando en favor de la educación para que la confianza, la esperanza y la paz sigan siendo una realidad. "Por la conciencia de la necesidad de servir, por siempre Benemérita Universidad Autónoma de Chiapas."
Muchas gracias.