Spanish English French

La historia del 8M: una lucha que no debe olvidarse

El Día Internacional de la Mujer no es una celebración, es una conmemoración. Así lo dejaron en claro los estudiantes de la Facultad de Arquitectura de la UNACH al responder la pregunta inicial de la historiadora feminista Olga Tatiana Jiménez Domínguez, durante su conferencia sobre la historia del 8M. Sin embargo, un breve ejercicio de memoria histórica demostró la enorme brecha que aún persiste en el reconocimiento de las mujeres que han luchado por nuestros derechos.

 

Cuando la ponente mencionó nombres como Miguel Hidalgo, Emiliano Zapata o Andrés Manuel López Obrador, la audiencia los identificó de inmediato. Pero al mencionar a Gertrudis Bocanegra, María Ignacia Rodríguez o Estela Jiménez Esponda, la respuesta fue el silencio. Esta simple dinámica evidenció la invisibilización de las mujeres en la historia, a pesar de su papel fundamental en la lucha por los derechos laborales, la ciencia, las artes y la política.

 

Tatiana Jiménez explicó que el 8M ha cambiado de significado con el tiempo. Lo que comenzó como una jornada de lucha se ha ido transformando, en algunos casos, en una fecha más de celebración que de reflexión. Recordó que el origen del Día Internacional de la Mujer está marcado por eventos trágicos como el incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist en Nueva York, donde murieron 146 trabajadoras, muchas de ellas jóvenes inmigrantes, y la huelga de "Pan y Rosas" en Lawrence, Massachusetts, protagonizada por obreras textiles que exigían mejores condiciones laborales.

 

Estos acontecimientos dieron pie a una lucha global que, décadas después, llevó a la ONU a institucionalizar el 8 de marzo de 1975. Pero, más allá del reconocimiento oficial, el reto sigue siendo el mismo: recordar por qué es necesario seguir luchando.

 

La historiadora destacó la importancia de la educación en casa para desmontar los roles y estereotipos de género que perpetúan desigualdades. Señaló que es fundamental enseñar a los niños a involucrarse en las labores del hogar y permitir a las niñas explorar cualquier actividad que les interese, desde los deportes hasta la ciencia o el arte.

 

Asimismo, subrayó el papel de la UNACH en abrir espacios de diálogo sobre el significado del 8M y la lucha por la equidad de género. La exigencia social ha logrado que el Estado reconozca muchos derechos, pero aún quedan muchos pendientes.

 

"La historia es el puente entre el pasado, el presente y el futuro", afirmó Tatiana Jiménez. En este 8 de marzo, las mujeres le recordamos al Estado que aquí estamos, que aún falta mucho por hacer y que la agenda sigue abierta. La conmemoración no es solo para recordar el pasado, sino para exigir el futuro que nos corresponde.

 

Texto y fotos: María del Carmen Nucamendi Estrada.