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Claudia González Farrera

Claudia González Farrera

En una ceremonia dedicada a destacar la labor social de las y los estudiantes de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), se entregaron los Premios “Carlos Maciel Espinosa” al Servicio Social Universitario. Este galardón reconoce proyectos que tienen un alto impacto en las comunidades de Chiapas, promoviendo acciones que trascienden las aulas y contribuyen al bienestar social.

El evento, realizado el 7 de noviembre de 2024 en la Biblioteca Central Universitaria, otorgó reconocimientos a los tres primeros lugares:

El primer lugar fue para el proyecto Bienestar y Solidaridad Colectiva, liderado por Victorico Adrián Matul González, estudiante de la Licenciatura en Gestión Turística de la Facultad de Contaduría y Administración, Campus I. Su trabajo destacó por su enfoque en el fortalecimiento comunitario y su impacto transformador.

El segundo lugar lo obtuvo María Elena Abarca Medina, de la Licenciatura en Gerontología de la Facultad de Medicina Humana, Campus II, con su proyecto Recuperando memorias: el impacto de la danza y la música con beneficios motrices y cognitivos. Este proyecto promueve la salud integral de personas adultas mayores mediante el arte.

El tercer lugar fue otorgado a Javier Caleb Hernández Trujillo, estudiante de la Licenciatura en Comunicación de la Facultad de Humanidades, Campus VI, por su iniciativa Bordando historias para personas de la tercera edad en Ampliación Terán, Tuxtla Gutiérrez. Este proyecto combinó creatividad y empatía al brindar acompañamiento emocional y social a adultos mayores.

En el evento también se reconoció a docentes que han destacado por implementar el servicio social en comunidades rurales y urbanas vulnerables. Se rindió homenaje a quienes han recibido distinciones nacionales por su labor en vinculación y responsabilidad social universitaria, así como a los ganadores de ediciones anteriores de los premios.

Los proyectos premiados no solo abordan problemáticas relacionadas con educación, salud y medio ambiente, sino que también son evaluados con base en su impacto social, pertinencia académica y calidad en la ejecución. Este reconocimiento busca motivar a más estudiantes a participar activamente en el desarrollo de sus comunidades.

La entrega de estos premios reafirma el compromiso de la UNACH con la formación de ciudadanas y ciudadanos responsables, capaces de aplicar sus conocimientos en beneficio de su entorno. A través de estas iniciativas, las y los estudiantes no solo transforman vidas, sino que también descubren el poder del servicio como herramienta de cambio social.

Texto:María del Carmen Nucamendi Estrada. Imágenes: DCS UNACH

La conferencia magistral del Profesor Duncan Haldane, "El entrelazamiento es la propiedad clave de la mecánica cuántica", ofrece una fascinante visión del presente y el futuro de la física cuántica. Haldane, ganador del Premio Nobel de Física en 2016, traza un paralelismo con el electromagnetismo, cuyas leyes, descubiertas en 1864, tardaron en ser plenamente comprendidas y aplicadas a nuevas tecnologías. De manera similar, la mecánica cuántica, cuyas leyes fundamentales se establecieron hace un siglo, está experimentando una "segunda revolución", impulsada por la teoría de la información cuántica y los avances en el control preciso de los estados cuánticos.

 

El entrelazamiento, una vez considerado un problema filosófico, es ahora reconocido como el corazón de la mecánica cuántica y la computación cuántica. Einstein, a pesar de sus contribuciones a la física cuántica, se mostró escéptico sobre el entrelazamiento, calificándolo de "acción fantasmal a distancia". Sin embargo, experimentos modernos han confirmado la validez de la mecánica cuántica y la realidad del entrelazamiento, incluso a grandes distancias.

 

El entrelazamiento permite la creación de pares de qubits máximamente entrelazados, que pueden existir en superposiciones de estados y procesar más información que los bits clásicos. Esta capacidad de procesamiento paralelo es lo que hace que las computadoras cuánticas sean potencialmente mucho más poderosas que las computadoras clásicas. Sin embargo, los qubits son frágiles y sensibles a su entorno. Aquí es donde entran en juego los qubits topológicamente protegidos, que son menos susceptibles a errores debido a las propiedades topológicas de los materiales que los componen.

 

La materia topológica se caracteriza por tener propiedades robustas frente a perturbaciones locales. Por ejemplo, los aislantes topológicos conducen la electricidad en su superficie pero permanecen aislantes en su interior. Esta robustez es la razón por la que los investigadores están interesados en utilizar materiales topológicos para la computación cuántica, ya que podrían proporcionar qubits más estables y menos propensos a errores causados por el ruido ambiental.

 

Los qubits topológicamente protegidos, aunque todavía en fase experimental, ofrecen la esperanza de superar uno de los mayores desafíos de la computación cuántica: la decoherencia. La decoherencia se produce cuando un sistema cuántico interactúa con su entorno, haciendo que los qubits pierdan su información cuántica. Los qubits topológicos, por su naturaleza, son más resistentes a este efecto, lo que los convierte en candidatos ideales para el almacenamiento de información cuántica a largo plazo.

 

Haldane subraya la resistencia que a menudo enfrentan las ideas que desafían el status quo. Él mismo experimentó esta resistencia al proponer nuevas ideas, pero la validación experimental y teórica de sus descubrimientos demostró su validez. Este proceso de desafío y validación es esencial para el avance científico.

 

La conferencia de Haldane en la UNACH ofreció una visión inspiradora de las posibilidades en plena segunda revolución cuántica. El entrelazamiento, una vez un enigma, es ahora la base de la información y una clave para desvelar los misterios del universo. Su investigación y aplicación en materia topológica y computación cuántica no sólo promete revolucionar la tecnología, sino también nuestra comprensión de la realidad misma.

 

Texto: Redacción Gaceta Imágenes: Claudia Farrera

La educación superior en México: al nivel de los países europeos, asegura Miguel Alcubierre

En el marco de la Semana de Divulgación de la Ciencia organizada por nuestra universidad, tuvimos el honor de entrevistar al Dr. Miguel Alcubierre, reconocido científico mexicano y divulgador de la ciencia a nivel mundial. Famoso por su propuesta teórica del motor de curvatura, que permitiría a una nave viajar más rápido que la luz, el Dr. Alcubierre ha dedicado su vida al estudio del universo, explorando los misterios de las ondas gravitacionales y los agujeros negros. Durante su visita a Chiapas, conversamos con él sobre sus investigaciones, sus visiones para el futuro de la ciencia, y sus recomendaciones para los jóvenes interesados en la investigación científica.

P.- ¿Qué nos aporta el estudio de las ondas gravitacionales que nos llegan del espacio profundo?

R.- Nos brindan información crucial sobre los agujeros negros: cómo se distribuyen, cuántos existen y cómo han evolucionado. Las señales de ondas gravitacionales que detectamos nos ayudan a entender la historia de los agujeros negros y también de las estrellas de neutrones. Cuando dos estrellas de neutrones colisionan, las ondas gravitacionales resultantes nos pueden revelar detalles sobre su estructura interna, similar a lo que hacemos con partículas en aceleradores. No podemos realizar estos experimentos en laboratorio, pero al observar estas colisiones en el espacio, podemos deducir aspectos fundamentales de su composición.

P.- ¿Qué esperas del futuro cercano con los últimos descubrimientos y los nuevos proyectos en marcha?

R.- Los proyectos futuros, como el observatorio LISA en el espacio y el telescopio de Einstein en tierra, que será mucho más grande que los actuales, nos permitirán detectar colisiones de agujeros negros supermasivos, como los que se encuentran en el centro de las galaxias. Además, una de las grandes expectativas es detectar ondas gravitacionales provenientes del Big Bang. Estas ondas serían rastros directos de la Gran Explosión, algo que las ondas electromagnéticas no pueden darnos. Detectarlas nos permitiría comprender lo que ocurrió en los primeros instantes del universo, una pieza clave para entender su origen.

P.- ¿Cómo ves el impacto de los avances en comunicación en la divulgación científica? ¿Crees que facilitan el interés de los jóvenes en la ciencia?

R.- Definitivamente. Hoy en día, la comunicación nos permite acceder a la ciencia como nunca antes. La gente puede enterarse de los últimos descubrimientos casi en tiempo real, algo impensable hace unas décadas. Además, internet y las redes sociales han democratizado la información; ya no dependemos de los medios tradicionales. Esto ha permitido que más personas, especialmente jóvenes, se interesen en la ciencia. Sabemos más sobre el universo ahora que nunca, y aunque nos surgen nuevas preguntas, estamos en una época de grandes descubrimientos.

P.- Respecto a tu trabajo sobre el motor de curvatura, ¿crees que estamos cerca de su creación?

R.- La realidad es que es extremadamente complicado, y uno de los mayores desafíos es la necesidad de energía negativa, algo que, hasta donde sabemos, no existe. Aunque la energía negativa no está prohibida en teoría, aún no tenemos ninguna evidencia de su existencia. Incluso si la descubriéramos, las cantidades necesarias serían gigantescas, lo cual hace que su implementación sea muy improbable en el corto plazo. Si alguna vez logramos algo así, estaríamos hablando de siglos de distancia.

P.- ¿Qué mensaje le darías a los jóvenes interesados en la ciencia?

R.- Les diría que, si sienten pasión por la ciencia, no duden en estudiar una carrera científica. En México necesitamos más científicos. He escuchado a gente decir que los científicos no tienen oportunidades, pero eso no es cierto. Si eres bueno en lo que haces, siempre encontrarás la manera de contribuir y desarrollarse. Hay muchas preguntas aún sin respuesta, y el país necesita jóvenes con curiosidad y compromiso. Aprovechen los recursos que tienen a su alcance y no se rindan; el universo está lleno de misterios por resolver.

 

Texto: Raúl Ríos Trujillo  Imágenes: UNACH.mx

En el marco de la Feria Internacional del Libro UNACH 2024, la investigadora Rebeca Garzón Clemente presentó su obra "El arte de investigar en internet. Alfabetización", un recurso invaluable para académicos y estudiantes que buscan dominar las herramientas digitales en su quehacer investigativo.

Durante la presentación, realizada en el auditorio de la Facultad de Arquitectura, Garzón Clemente destacó la importancia de desarrollar habilidades sólidas en la búsqueda y evaluación de información en la era digital. 

Su libro, perteneciente a la "Colección Oro. Medio Siglo de la UNACH", ofrece una guía práctica y actualizada para navegar por el vasto universo de la información en línea de manera eficiente y ética.

"El arte de investigar en internet" aborda temas clave como: Formulación de preguntas de investigación: Cómo definir y delimitar un tema de investigación de manera efectiva; Búsqueda de información relevante: Estrategias para encontrar fuentes confiables y pertinentes en la web; Evaluación crítica de fuentes: Cómo distinguir entre información veraz y falsa; Gestión de la información: Herramientas y técnicas para organizar y almacenar datos; Redacción académica: Cómo elaborar textos claros, concisos y bien estructurados; Ética en la investigación: Principios fundamentales para garantizar la integridad académica.

Además, la autora enfatiza el papel de las tecnologías emergentes y la inteligencia artificial en la investigación contemporánea, proporcionando ejemplos prácticos y consejos para aprovechar al máximo estas herramientas.

"El arte de investigar en internet" es una obra indispensable para investigadores en formación y consolidados, así como para estudiantes de posgrado y profesionales interesados en mejorar sus competencias digitales.

La presentación de este texto estuvo a cargo de Nancy Leticia Hernández Reyes y la moderación fue realizada por Dolores Guadalupe Sosa Zúñiga.

 

Texto e imágenes: Yadira Fontes García 

 

La Carrera UNACH por el 50 aniversario de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) fue un evento que no solo celebró las cinco décadas de historia de la institución, sino que también buscó reforzar el sentido de identidad entre estudiantes, exalumnos y toda la comunidad universitaria.

Desde tempranas horas, el ambiente festivo se sentía en el Campus I de Tuxtla Gutiérrez, donde más de 3 mil participantes se reunieron para correr en circuitos de 3, 5 y 10 kilómetros, así como 5km en silla de ruedas. La energía de los asistentes se transmitió a través de aplausos, evidenciando el orgullo de pertenecer a una institución que ha dejado huella en el estado.

En la carrera participaron estudiantes, docentes y personal administrativo que, motivados por el amor a su alma mater, corrieron como un solo equipo. Además, la diversidad en edades y procedencias de los participantes resaltó el compromiso de la UNACH por crear una comunidad inclusiva y unida, que valora tanto los logros académicos como el bienestar social de sus integrantes. Este evento demostró que ser parte de la UNACH significa ser parte de una gran familia que ha crecido y evolucionado durante 50 años.

Además de los premios y medallas conmemorativas entregadas a los ganadores, se vivieron momentos emotivos cuando los corredores llegaron a la meta y fueron recibidos con entusiasmo. A cada paso, los participantes fortalecieron un vínculo con la universidad que va más allá de las aulas: un sentimiento de pertenencia a una institución que les ha brindado herramientas para su desarrollo personal y profesional. Las metas alcanzadas en la carrera simbolizaron, de alguna manera, los retos y logros que muchos han experimentado a lo largo de sus estudios.

La carrera fue un reflejo del espíritu deportivo de la comunidad unachense, buscando nuevamente la identidad que comparten sus miembros con su alma mater. Este tipo de actividades promueven el sentido de responsabilidad social y compromiso con la universidad, algo que el Comité Organizador espera seguir fomentando con más actividades en honor al aniversario. La carrera UNACH 2024 no solo es una fiesta deportiva, sino también un recordatorio de la importancia de la unión y de la lealtad hacia una institución que ha sido un pilar en la formación de miles de chiapanecos​

 

Texto: María del Carmen Nucamendi Estrada    Imágenes: SIRESU

 

En el marco de los 50 años de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), y como parte de la 11ª Feria Internacional del Libro UNACH 2024, se llevó a cabo la presentación de la “Colección Oro: Medio Siglo de la UNACH”, un proyecto editorial que reúne 33 obras de autoría académica y de investigación, respaldadas por el sello editorial UNACH y coeditadas con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES). La presentación tuvo lugar en la Sala Diálogos del Foro, en el Centro de Convenciones Universitario "Dr. Manuel Velasco Suárez".

Este importante evento contó con la presencia de destacadas autoridades universitarias, como el rector Carlos Faustino Natarén Nandayapa, la directora General de Investigación y Posgrado, María Guadalupe Rodríguez Galván, y el integrante del Comité Ejecutivo del 50 Aniversario e investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), Omar David Jiménez Ojeda. La moderación del evento estuvo a cargo de la secretaria General, María Eugenia Culebro Mandujano.

El rector Natarén destacó que la “Colección Oro” es un esfuerzo colectivo que busca visibilizar el trabajo académico de las y los investigadores de la UNACH, quienes aspiran a formar parte del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT). Resaltó que estas obras no solo apoyan la trayectoria académica de quienes las publican, sino que también permiten difundir el conocimiento generado en la universidad, ampliando su impacto hacia un mayor público.

Por su parte, Rodríguez Galván subrayó la importancia del proceso de dictaminación a doble ciego que se utilizó para garantizar la calidad de los textos publicados. Además, agradeció la respuesta entusiasta de las y los autores que hicieron posible la realización de esta colección, la cual refleja el compromiso de la comunidad universitaria con la excelencia académica y la investigación.

Omar David Jiménez Ojeda, quien también participó en la presentación, señaló que la obra es un testimonio del trabajo de 14 mujeres y 19 hombres dedicados a la enseñanza y la investigación, cuya producción académica contribuirá al debate y la reflexión sobre problemáticas sociales contemporáneas. Asimismo, enfatizó que la “Colección Oro” está destinada a ser una referencia bibliográfica de nivel nacional, fortaleciendo los recursos teóricos y metodológicos de la UNACH.

La presentación de esta colección se enmarca en los festejos del 50 aniversario de la UNACH, consolidando así el compromiso de la universidad con la producción de conocimiento y su difusión, tanto dentro como fuera de la comunidad académica.

Texto: Redacción Gaceta / Imágenes: UNACH

Jueves, 31 Octubre 2024 10:24

Zona Sana: Un Llamado a la Salud Integral

Como parte de las actividades académicas de la FilUNACH 2024, el pasado 17 de octubre, el Dr. Álvaro Medina Ferro, de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas de Colombia, presentó la conferencia Zona Sana II. Este proyecto representa un compromiso profundo con el bienestar integral, enfocándose no solo en la salud física, sino también en los aspectos mentales y espirituales que conforman a la persona.

La conferencia se centró en los principios de su libro Zona Sana, cuyo origen proviene de la observación cercana del estado de salud de estudiantes, profesores y sus círculos cercanos, quienes padecían sobrepeso, fatiga y estrés. Inspirado por esta realidad, Medina decidió crear una solución educativa accesible, que utilizara la actividad física y la educación en salud como herramientas principales para mejorar la calidad de vida.

El enfoque de Zona Sana entiende al ser humano como un ente completo: biológico, psicológico, social y espiritual. Para Medina, la salud física no puede ser tratada de forma aislada del bienestar mental. Ambos están profundamente conectados, y su cuidado conjunto es indispensable para el desarrollo personal y el mejoramiento de la calidad de vida.

El libro propone estrategias prácticas, como el fomento de hábitos alimenticios saludables y la integración del ejercicio físico regular en la vida diaria, presentados en un lenguaje claro y sencillo. Esta accesibilidad permite a cualquier lector, sin necesidad de conocimientos previos, comprender su cuerpo y tomar decisiones informadas sobre su bienestar. Además, Medina subraya la importancia de empoderar a los lectores, dándoles las herramientas necesarias para asumir el control de su salud física, emocional y social, promoviendo relaciones interpersonales más saludables y una mayor conexión con su entorno.

Lo más destacable de Zona Sana es su capacidad para simplificar conceptos complejos, haciéndolos aplicables a la vida cotidiana. En una época donde el estrés y el ritmo acelerado de la vida nos desconectan de nuestra salud, el Dr. Medina nos ofrece una guía valiosa para reconectar con nuestro bienestar integral.

Este enfoque resuena con la misión educativa de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, que busca formar individuos completos, capaces de vivir en armonía con ellos mismos y con su entorno. El equilibrio entre cuerpo y mente que propone el libro es, sin duda, una herramienta poderosa para enfrentar los crecientes desafíos de la salud mental y física en la actualidad. Recordemos que nuestras acciones diarias, desde lo que comemos hasta cómo nos movemos, impactan profundamente no solo nuestro cuerpo, sino también nuestra mente y nuestras relaciones.

Zona Sana es una obra que trasciende lo académico y se convierte en una guía accesible para médicos, estudiantes y la comunidad en general, promoviendo una mayor alfabetización en temas de salud y el empoderamiento personal para mejorar nuestro bienestar integral.

Texto e imágenes: María del Carmen Nucamendi Estrada

La educación, al igual que muchos aspectos de nuestras vidas, está atravesando una transformación profunda. En la 11a  Feria Internacional del Libro UNACH 2024, tuvimos la fortuna de escuchar al especialista colombiano Dr. José Arlés Gómez, quien nos ofreció una conferencia inspiradora sobre lo que podría ser el futuro de la enseñanza: la neuroeducación. Bajo el título “Neuroeducación: retos y desafíos para la educación del siglo XXI”, el Dr. Gómez nos presentó una perspectiva que podría revolucionar la forma en que enseñamos y, sobre todo, cómo aprenden los estudiantes.

La neuroeducación, tal como la explica el Arlés Gómez, se basa en algo que, cuando lo escuchamos, parece muy simple, si comprendemos cómo funciona el cerebro humano, podemos enseñar mejor. Y es que el aprendizaje no solo es un proceso mental, sino también emocional. La motivación, las emociones y el entorno juegan un papel fundamental en cómo aprendemos, algo que muchas veces olvidamos al centrarnos solo en los contenidos.

Uno de los mayores retos que enfrenta este enfoque, según el Dr. Gómez, es cómo llevar estos principios a las aulas. Nuestra educación ha sido lineal de manera tradicional, es decir, enfocada en el maestro y en cómo transmite el conocimiento. Ahora, la neurociencia nos indica que debemos cambiar esa perspectiva y centrarnos más en el estudiante y su proceso de aprendizaje. Y aquí es donde radica la transformación, no solo se trata de que los alumnos adquieran información, sino de que sus vidas cambien, de que lo que aprenden realmente les sirva y les haga crecer como personas.

El Dr. Gómez no solo nos habló de desafíos, también hizo un llamado a la acción para que los docentes se atrevan a cambiar. Los invitó a capacitarse, a explorar los beneficios de la neurociencia y a dejar de lado los métodos tradicionales que, si bien funcionaron en su momento, ya no responden a las necesidades de los estudiantes actuales. Hoy vivimos en un mundo lleno de tecnología, inteligencia artificial y comunicación constante, y ahora la pedagogía debe ser capaz de adaptarse a esta realidad.

Sin embargo, el Dr. Gómez también advirtió que no se debe caer en el error de aplicar todas las teorías neurológicas sin discernir. Por eso nos exhorta a ser críticos y a elegir cuidadosamente qué enfoques realmente mejorarán los resultados de los estudiantes. Al final del día, los docentes, no solo son transmisores de conocimientos, son facilitadores de experiencias transformadoras. Y esto implica una gran responsabilidad.

En este mundo que cambia a una gran velocidad, la neuroeducación brinda una herramienta poderosa para estar a la altura de las circunstancias. No solo se deben enseñar contenidos, sino también ayudar a los estudiantes a desarrollar sus capacidades emocionales y sociales. Porque, como bien señaló el Dr. Gómez durante su conferencia, “la enseñanza no es simplemente el acto de impartir conocimientos, es el acto de transformar vidas”.

Así pues, esta era moderna presenta el reto de cambiar y de adaptarse, para aprovechar lo que la neurociencia ofrece, de lo contrario nos quedaremos estancados en los métodos del pasado. El futuro de la educación está en las manos de los educadores, y la neuroeducación es ese puente que llevará hacia una enseñanza más efectiva, más humana y, sobre todo, más transformadora.

NOTA: MARIA DEL CARMEN NUCAMENDI   FOTO: BERSAÍN HERNÁNDEZ

“Universidad y Salud Pública en las Américas”.

 

Armando Ulloa García1; Ángel René Estrada Arevalo2; Celso Ramos García3.

 

1Facultad de Ciencias Químicas*, Universidad Autónoma de Chiapas. Tapachula, Chiapas, México. 

2Escuela Sistemas Alimentarios. Universidad Autónoma de Chiapas. Tapachula, Chiapas, México.

3Instituto Nacional de Salud Pública Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas, Cuernavaca, Morelos, México.

*autor de correspondencia

Resumen.

En este manuscrito, el lector encontrará una detallada evolución de la Salud Pública en los países de América, particularmente en las Instituciones de Educación Superior (IES). Así mismo, se describe la creación de las Unidades de Formación de Profesionales de la salud pública, en varios países, empero, también se hace referencia a la participación de las instituciones que ofrecen servicios de salud individual y colectiva en la región.

Con el afán de caracterizar la evolución de la formación de profesionales de la salud pública en la región, seguirá sin duda, un empeño similar en la investigación y extensión. En el manuscrito, los autores abordan someramente estas dos funciones al describir la creación del Instituto Nacional de Salud Pública en México y al referirse a la creación de la escuela de Higiene y Salud Pública en el estado de Sao Paulo, Brasil. Un elemento que quizá ayude a la profundización de la descripción de la evolución de la salud pública en la formación de profesionales, la investigación y la extensión, será caracterizar los marcos de referencia sociales y políticos en que se crearon estas instituciones de salud pública en la región.

La llegada del siglo XXI, sin duda alguna ofrece una oportunidad para esclarecer la interrelación entre grupos de actores sociales: las Universidades, el sector salud, y la salud de la población. América Latina se enfrenta a un complejo estado de salud de la población caracterizado por enfermedades reemergentes y emergentes a lo que se puede caracterizar como rezago sanitario, si se agregan, los importantes núcleos de población sin acceso a servicios de salud, con oportunidad, seguridad y calidad. 

Los autores, sin expresarlo, nos plantean la siguiente pregunta ¿Qué hacer en el marco de las IES y de las instituciones públicas responsables de ofrecer servicios individuales y colectivos de salud para contribuir a dar respuesta a la compleja situación de salud de América?

La Universidad y la Salud Pública en las Américas

 

Existen antecedentes, que sugieren que los inicios de la Salud Pública en las Américas, tiene una clara vinculación con Universidades Públicas, ya que dentro de estos espacios académicos se formularon programas de capacitación tales como cursos básicos, diplomados y posgrados. Seguido de la creación de escuelas e institutos, como la Universidad de Johns Hopkins en Baltimore, en 1916, seguida de la Facultad de Medicina y Cirugía de Sao Paulo, la cual en el año de 1924 fue reconocida oficialmente por el gobierno de Brasil como Instituto de Higiene, y en 1931 como Escuela de Higiene y Salud Pública del Estado de Sáo Paulo, todas estas bajo la asistencia financiera de la Fundación Rockefeller.

En América del Norte, particularmente en México, en enero de 1922 se aprobó la fundación de la Escuela de Salubridad, dentro del denominado “proyecto nacionalista” encabezado por el titular de la Secretaría de Educación Pública, José Vasconcelos. Al final de esa década se le denominó Escuela de Salubridad e Higiene y se instaló en el edificio sede del recién creado Instituto de Salubridad y Enfermedades Tropicales (ISET), construido en la calle de Carpio, en el número 470.38. Allí se fundaron laboratorios y una biblioteca, y se imprimieron algunas lecciones de los profesores como textos de consulta. 

 

Cinco años antes de la fundación del INSP, en 1982, el doctor Guillermo Soberón fue designado como secretario de Salubridad y Asistencia. En el año de 1983, como parte de la llamada Reforma Sanitaria de segunda generación, se estableció la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud como un subsector de la Secretaría de Salud, agrupando a los Institutos Nacionales de Salud (INSALUD) de ese momento como los responsables de la investigación. especializada en problemas relevantes de la salud del país. En enero de 1987, se crea el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), resultado de la fusión de tres instituciones ya existentes, entre las que destacan: la Escuela de Salud Pública de México, el Centro de Investigación en Salud Pública; y el Centro de Investigación en Enfermedades Infecciosas. 

 

En el caso de Cuba, cuenta con una amplia trayectoria en Salud Pública, vinculada con las contribuciones de Carlos Finlay que esclarecieron la epidemiología de la fiebre amarilla a fines del siglo pasado. El Instituto que lleva su nombre fue fundado en 1927, con el propósito de ofrecer cursos para preparar médicos en salud pública, enfermeros especializados y oficiales de salud. Sólo después del triunfo de la revolución en 1959, la rápida expansión de los servicios de salud exigió el adiestramiento masivo de personal a todos los niveles y entre 1959 y 1967 el Ministerio de Salud, con la colaboración de la Escuela Sanitaria.

 

En Puerto Rico, la Escuela de Medicina Tropical fue creada por la Asamblea Legislativa de este país, en junio de 1924, con la influencia del Dr. Bailey K. Ashford, médico militar norteamericano que descubrió a comienzos del siglo pasado el Necator americanus, agente etiológico de la anquilostomiasis. En 1955 la escuela ofertó el curso de Maestría en Salud Pública, hasta convertirse en un departamento de medicina preventiva, dentro del recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, con todas las características funcionales de una escuela de salud pública. 

 

En la República de Chile, la creación de la Escuela de Salubridad fue el fruto de la asociación de la Universidad de Chile, el Servicio Nacional de Salubridad, el Instituto Bacteriológico y la Fundación Rockefeller en 1945. Con su creación se deseaba “dar a conocer los fundamentos científicos de la práctica sanitaria, estudiar los problemas nacionales relacionados con la prevención de enfermedades y el fomento de la salud”. En el mismo año, como parte de un movimiento de reforma universitaria, desapareció el concepto de "Escuela de Salubridad" para dar paso a una concepción integral bajo la denominación de "Departamento de Salud Pública y Medicina Social", dependiente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.   

 

En lo que corresponde a Venezuela en 1911, la Oficina de Sanidad Nacional y la Primera Ley de Sanidad Nacional, decretaron la ayuda por parte de la Fundación Rockeffeler, para combatir la Fiebre Amarilla, lo que junto a la lucha antimalárica representó un incremento en la esperanza de vida de las personas. Seguido a este evento, en 1936 se creó el Ministerio de Sanidad y asistencia. El surgimiento de esta organización sanitaria con médicos becados por el gobierno norteamericano se produce el controlar diversas epidemias, fundamentalmente Tuberculosis y Malaria. De ahí, se crea la Escuela de Malariología y de Higiene en 1937 y la fundación de las escuelas de Enfermería y Servicio Social en 1940, mientras que la Escuela de Salud Pública, en diciembre de 1958. 

 

En los años 30´, Perú contaba con el Instituto de Medicina Social, la Facultad de Ciencias Médicas de Lima y la Escuela de Médicos Sanitarios. Con estas dos instituciones en 1937, el Gobierno promulgó la Ley 8493, bajo la cual se declara carrera pública a la función técnica sanitaria desempeñada por profesionales de la medicina e ingeniería sanitaria, siendo esta Escuela el centro superior para la preparación especializada de los futuros médicos sanitarios. 

 

En Argentina, la Universidad Nacional del Litoral conformó en 1947 una escuela de salud pública con profesorado de tiempo completo, ubicada en Santa Fe, hasta 1952 cuando se trasladó a la Ciudad de Rosario. La experiencia recogida y el impacto a través de sus egresados llevaron a la fundación de las dos escuelas que se establecieron en la Buenos Aires, una dependiente de la Universidad y la otra del Ministerio de Salud Pública.  Ambas coexistieron en un clima de dificultades e incluso de cierta rivalidad hasta 1962 cuando se fusionaron bajo la dependencia de la Universidad de Buenos Aires y en estrecha colaboración con la Secretaría de Estado de Salud Pública. 

 

De lo anterior se narra que en las décadas del 50 y 60 se establecieron, en forma regular, las Escuelas de La Habana, San Juan de Puerto Rico, Caracas, Medellín, Lima, Buenos Aires y Río de Janeiro. Cuatro de estas escuelas han adquirido carácter internacional por la admisión de alumnos extranjeros: Sao Paulo, Río de Janeiro, Santiago y San Juan de Puerto Rico, las cuales, en conjunto, adiestraron en el quinquenio 1964-68, 90% de un total de 696 estudiantes procedentes de otros países, en su mayoría becarios de la OPS. Las escuelas de creación más reciente (Buenos Aires, Caracas, Lima y Medellín) también comenzaron a recibir alumnos extranjeros en proporción creciente. Es difícil medir el impacto que estas escuelas han producido en el pensamiento y la acción de las autoridades de salud de América Latina. En 1968, mientras en Latinoamérica se graduaron 1.579 estudiantes de las diversas categorías en un conjunto de nueve escuelas (excluido Puerto Rico), 17 escuelas de los Estados Unidos y Canadá graduaron 44 estudiantes. Las cifras demuestran elocuentemente el desplazamiento masivo de estudiantes latinoamericanos a las escuelas de su propio medio y la grave responsabilidad que recae sobre ellas en cuanto a la formación de personal de salud para el continente. Más aún si se considera que de los 44 graduados en Estados Unidos y Canadá, 25 son de Puerto Rico, escuela donde se imparte enseñanza en español y la cual por su naturaleza y cultura encuadra dentro de las escuelas latinoamericanas. 

Las Universidades y el Fortalecimiento de la Salud Pública.

En las Universidades, una de sus normativas es el Modelo Educativo, en el que formulan las principales funciones sustantivas, entre las que se destacan la Docencia, Investigación y Extensión. En cuanto a la docencia: En la práctica, los espacios en la que se ofertaron programas de pregrado y posgrado en Ciencias de la Salud, tuvieron un rol muy importante en la formación y capacitación de recursos humanos en áreas de la epidemiología, administración de salud, atención primaria de la salud, promoción de la salud y otras áreas que se puedan insertar en la mejora de la salud de las comunidades, con un enfoque de responsabilidad social universitaria. 

En cuanto a la función de la Investigación. La formación de Redes de Investigación en Políticas y Sistemas de Salud interinstitucional, nacionales e internacionales, fueron pilares de la investigación.  Estas redes jugaron un papel importante en la gestión del conocimiento en la Salud Pública, un ejemplo de ello es el modelo de la red colombiana de investigación. Mientras que en la función de Extensión. Se resalta el papel de la extensión Universitaria como una importante función social y un proceso formativo integrador de los vínculos Universidad-Sociedad; o sea, entre las diversas formas de la cultura universitaria y su entorno comunitario, regional, nacional e internacional. Su desarrollo continuo, es vital en la formación de una sociedad preparada para asimilar los diferentes escenarios y vivir a la altura de su época, contribuyendo a transformarla, por lo que la misma tiene desafíos muy importantes en la contemporaneidad. 

Para el logro de lo antes expuesto, es necesario que las universidades tengan acceso a tecnologías de vanguardia, que incluyan laboratorios, equipos médicos, y sistemas de información que son fundamentales para el monitoreo, la gestión, el diagnóstico y tratamiento de enfermedades.

Retos futuros de las Universidades y la Salud Pública.

Las enfermedades infecciosas desatendidas, crónicas degenerativas, enfermedades zoonóticas (gripe aviar H5N1), y síndrome respiratorio agudo grave (SAR-COVID19, son algunos ejemplos de enfermedades emergentes y reemergentes, que se han presentado en forma epidémica y/o pandémicas. Ante este escenario, es importante que las universidades deben de estar preparadas para responder a las emergencias sanitarias, conjuntamente con el Sistema de Salud Regional o Federal.  Así, mismo deben promover la equidad y acceso a la Salud de la comunidad, a través de programas de atención y promoción de la salud. Por otra parte, es necesario incorporar recursos humanos para atender eficazmente los problemas de salud. Finalmente, es importante que las universidades signen convenios para fortalecer los programas de desarrollo científico, promoción de actividades de formación, educación continua, actualización profesional y estudios de posgrado.

Es importante resaltar que, en Latinoamérica, a partir de la década de los 80, según datos de la OPS, se produjo un deterioro creciente de la práctica médica hegemónica en pertinencia social y calidad técnica, sobre todo en el sector público, como muestra fehaciente la falta de inequidad en la atención médica.

En resumen, las Universidades deben estar preparadas para enfrentar estos retos futuros mediante la innovación, la colaboración interdisciplinaria, el uso de tecnología avanzada, el enfoque en la equidad y la sostenibilidad, y el fortalecimiento de la educación y la investigación en Salud Pública.

Referencias bibliográficas. 

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Entanglement is the key property of quantum mechanics Auditorio de Los Constituyentes de la Universidad Autónoma de Chiapas dictada por Duncan Haldane, ganador del Premio Nobel de Física en 2016.

Las leyes esenciales de la mecánica cuántica fueron descubiertas hace 100 años y han superado la prueba del tiempo. No han cambiado. Todas las pruebas actuales de la mecánica cuántica muestran una tasa de éxito del 100% en sus predicciones. Pero el hecho de que conozcamos las leyes no significa que entendamos de inmediato todo lo que permiten que suceda.

 

Un ejemplo es el electromagnetismo, un tema muy bien establecido. Maxwell completó las leyes del electromagnetismo en 1864, pero ha llevado mucho tiempo para descubrir y aplicar muchas de sus posibilidades a nuevas tecnologías.

 

Por ejemplo, ha habido desarrollos recientes interesantes en el electromagnetismo, como los cristales fotónicos, y muchos desarrollos tecnológicos cruciales para la vida diaria, como la televisión, los teléfonos celulares y el GPS, que dependen de las leyes del electromagnetismo. Los conocimientos sobre la mecánica cuántica comenzaron a surgir, y lo que ahora llamamos estados cuánticos topológicos de la materia condensada empezó a ser descubierto.

 

Estos estados han comenzado a tener un impacto, y en los últimos 20 años o más, la teoría de la información cuántica ha comenzado a desempeñar un papel importante en nuestra forma de pensar.

La teoría de la información cuántica comenzó en la década de 1950, cuando Richard Feynman empezó a pensar en qué sucedería si las computadoras, a medida que se volvieran más pequeñas (eran muy grandes en su época), alcanzarían eventualmente escalas del tamaño de un átomo. A escalas tan pequeñas, la mecánica cuántica no puede ser ignorada. Aunque no afecta directamente nuestra vida cotidiana, a escalas muy pequeñas vivimos en un mundo cuántico.

 

Ahora hay un intento de controlar los estados mecánicos cuánticos de manera muy precisa. En el pasado, los experimentos eran como usar un martillo para romper cosas y observar los pedazos que se obtenían. Hoy en día, estamos tratando de aprender cómo hacer uso práctico de los procesos cuánticos.

 

Algunas personas han dicho que después de la primera revolución cuántica, que ocurrió hace 100 años, ahora estamos en la llamada segunda revolución cuántica. Se espera que esta revolución profundice nuestra comprensión y el uso práctico de la mecánica cuántica, con avances esperados en los próximos 10 a 20 años.

 

Una imagen común de los átomos proviene del modelo de Niels Bohr, de 1913, que mostraba a los electrones orbitando en trayectorias circulares alrededor del núcleo del átomo, muy parecido a los planetas que giran alrededor del sol.

 

El modelo de Bohr fue refinado posteriormente por el principio de incertidumbre de Heisenberg, que restringió el conjunto de órbitas posibles para los electrones. En 1926, la teoría cuántica moderna cambió las órbitas de Bohr a "orbitales", donde los electrones ocupan espacios probabilísticos en lugar de trayectorias fijas. Esta comprensión de los orbitales es fundamental para la química, donde los electrones llenan "cajas" o niveles de energía en los átomos.

 

Cuando los electrones están emparejados, uno tiene espín hacia arriba y el otro hacia abajo. Esto lleva al principio de exclusión de Pauli, que establece que dos electrones no pueden ocupar el mismo estado cuántico. Este principio es crucial para la vida cotidiana, ya que explica por qué los objetos son sólidos y no se atraviesan entre sí a pesar de estar compuestos en su mayoría por espacio vacío.

 

Este principio también explica la "fuerza normal", que impide que los objetos se atraviesen entre sí.

El principio de exclusión de Pauli no solo es clave para la estructura de los átomos, sino también para entender la química y cómo los átomos se mantienen unidos para formar moléculas. Los electrones en los átomos forman enlaces químicos, y estos enlaces son un ejemplo de un fenómeno cuántico llamado entrelazamiento. El entrelazamiento es la base de muchos fenómenos en la mecánica cuántica, y fue originalmente visto como algo filosófico o incluso problemático.

 

Albert Einstein, Boris Podolsky y Nathan Rosen publicaron un artículo en 1935 en el que argumentaban que el entrelazamiento mostraba que la mecánica cuántica debía estar incompleta, describiéndola como una "acción fantasmal a distancia". Einstein estaba preocupado porque parecía que las partículas entrelazadas podían influenciarse mutuamente de manera instantánea, incluso estando separadas por grandes distancias, lo que violaba el principio de que nada podía viajar más rápido que la luz.

 

Sin embargo, desde entonces, los experimentos han confirmado que el entrelazamiento cuántico es real y juega un papel central en la física moderna. De hecho, ahora se reconoce como un recurso clave para tecnologías emergentes como la computación cuántica y las comunicaciones seguras. En particular, los sistemas cuánticos pueden estar entrelazados de tal manera que las mediciones en una parte afectan inmediatamente las mediciones en otra, sin importar cuán alejadas estén las partículas entrelazadas.

 

Uno de los ejemplos más sorprendentes de esto es la teletransportación cuántica, en la que la información cuántica se transmite instantáneamente entre partículas entrelazadas. Aunque esto no significa que las personas o los objetos puedan ser teletransportados como en la ciencia ficción, la teletransportación cuántica podría tener aplicaciones importantes en las redes cuánticas y las comunicaciones ultraseguras.

 

Los qubits, que son las unidades básicas de información en las computadoras cuánticas, se basan en el entrelazamiento. Mientras que los bits clásicos solo pueden estar en uno de dos estados (0 o 1), los qubits pueden estar en una superposición de ambos estados al mismo tiempo. Este fenómeno permite que las computadoras cuánticas realicen cálculos increíblemente complejos que serían imposibles para las computadoras clásicas. Además, el entrelazamiento permite que los qubits estén correlacionados de maneras que multiplican su capacidad para procesar información.

 

Uno de los mayores desafíos en la computación cuántica es la fragilidad de los qubits. Dado que los qubits están entrelazados y en superposición, son extremadamente sensibles a su entorno. La más mínima perturbación puede hacer que un qubit pierda su estado cuántico, lo que introduce errores en los cálculos. Sin embargo, en los últimos años, los científicos han desarrollado nuevas formas de proteger los qubits contra estos errores, como los qubits protegidos topológicamente.

 

Los materiales topológicos son un área emocionante de investigación que ha surgido en las últimas décadas. Estos materiales tienen propiedades únicas que son extremadamente robustas frente a perturbaciones locales. Un ejemplo famoso de un estado topológico es el efecto Hall cuántico, que fue descubierto en la década de 1980. En este estado, un material bidimensional a bajas temperaturas y bajo un campo magnético fuerte tiene una conductancia que está cuantizada en unidades discretas. Esto significa que la corriente eléctrica en los bordes del material fluye sin resistencia, mientras que el interior del material es un aislante.

 

Desde el descubrimiento del efecto Hall cuántico, los investigadores han encontrado muchos otros ejemplos de estados topológicos de la materia. Algunos de los más interesantes son los aislantes topológicos, que son materiales aislantes en su interior pero que conducen electricidad en sus bordes. Estos materiales son extremadamente robustos frente a pequeñas imperfecciones o impurezas, lo que los hace muy prometedores para su uso en aplicaciones tecnológicas.

 

Una de las preguntas más comunes es por qué no existe un Premio Nobel de Matemáticas. Se dice que Alfred Nobel, el fundador del premio, no incluía a las matemáticas entre las disciplinas reconocidas porque su esposa tuvo un romance con un matemático. Esta es una de las historias más populares, aunque probablemente no sea cierta. Sin embargo, esto significa que los matemáticos no tienen un Premio Nobel, sino la Medalla Fields, que está restringida a científicos menores de 40 años. Entonces, los veteranos como yo, que hicieron algunos de sus trabajos hace mucho tiempo, no tienen un premio equivalente. Afortunadamente, otras organizaciones han inventado un par de medallas, una de ellas en Alemania. Así que, aunque no haya un Nobel, siempre hay reconocimiento para las contribuciones a las matemáticas.

 

En cuanto a mis publicaciones, puedo decir que publicar mis artículos no fue un camino fácil. Hubo mucha resistencia y un debate considerable. Muestra que, cuando algo desafía el statu quo, muchas personas no están dispuestas a aceptarlo de inmediato. Se desarrollaron nuevas técnicas experimentales y teóricas para confirmar mis hallazgos, y finalmente se demostró que mi predicción era correcta. Esto demuestra que a menudo, cuando desafías un principio establecido, enfrentas resistencia. Pero la ciencia avanza gracias a las mentes que están dispuestas a cuestionar lo que ya se conoce.

 

Un área particularmente prometedora es la computación cuántica topológica, donde los qubits están protegidos de los errores por las propiedades topológicas de los materiales que los contienen. Los qubits topológicos son mucho más estables que los qubits convencionales y podrían resolver muchos de los problemas relacionados con la corrección de errores en la computación cuántica. Esto podría llevar a la creación de computadoras cuánticas prácticas, capaces de realizar cálculos que están más allá del alcance de cualquier computadora clásica.

 

Además, los materiales topológicos también tienen aplicaciones en la fotónica, donde podrían usarse para manipular la luz de maneras novedosas. Los dispositivos fotónicos basados en materiales topológicos podrían mejorar significativamente las telecomunicaciones y los sensores, permitiendo redes más rápidas y fiables.

 

El descubrimiento de los estados topológicos de la materia también ha ampliado nuestra comprensión de la mecánica cuántica y ha abierto nuevas áreas de investigación en física de la materia condensada. Por ejemplo, los superconductores topológicos son materiales que no solo pueden transportar electricidad sin resistencia, sino que también tienen propiedades adicionales que podrían usarse para crear qubits topológicos. Estos superconductores podrían revolucionar la forma en que distribuimos y almacenamos energía, ya que podrían permitir redes eléctricas más eficientes que no pierdan energía en forma de calor.

 

Los superconductores topológicos son solo un ejemplo de cómo los avances en la materia cuántica podrían transformar nuestras vidas. En el campo de la energía, uno de los mayores desafíos es cómo almacenar y transportar electricidad de manera eficiente. Los superconductores han sido considerados durante mucho tiempo como una posible solución, ya que pueden transportar electricidad sin pérdidas. Sin embargo, los superconductores convencionales solo funcionan a temperaturas extremadamente bajas, lo que hace que su uso sea poco práctico en muchas aplicaciones.

 

Los superconductores topológicos, por otro lado, podrían ser más estables y funcionar a temperaturas más altas, lo que haría que su uso fuera más factible en aplicaciones del mundo real. Esto podría tener un impacto significativo en cómo distribuimos la energía eléctrica en redes más eficientes, eliminando las pérdidas de energía en forma de calor que ocurren en los sistemas eléctricos convencionales.

En el campo de la electrónica, los materiales topológicos podrían permitir el desarrollo de dispositivos electrónicos que consuman menos energía y funcionen más rápido. Los investigadores están explorando cómo estos materiales pueden utilizarse para construir transistores y otros componentes electrónicos que sean más eficientes que los dispositivos actuales basados en silicio. Esto podría llevar a una nueva generación de dispositivos electrónicos más pequeños, potentes y energéticamente eficientes.

 

Además, en la fotónica, los materiales topológicos podrían ser utilizados para construir guías de luz que sean mucho más resistentes a las interferencias externas. Esto podría mejorar significativamente la tecnología de comunicaciones ópticas y los sensores. Estos dispositivos podrían emplearse en redes de telecomunicaciones que sean más rápidas y fiables, así como en sistemas avanzados de detección y medición.

 

La física de los estados topológicos de la materia ha abierto un nuevo campo de investigación en la física, que está revolucionando no solo la teoría, sino también las aplicaciones tecnológicas. Una de las propiedades más fascinantes de los materiales topológicos es que sus propiedades eléctricas y magnéticas están protegidas por la topología, lo que significa que son increíblemente resistentes a las perturbaciones. Esto es muy diferente de los materiales convencionales, que son mucho más sensibles a los defectos y las impurezas.

 

Los qubits topológicos se basan en estas propiedades topológicas y, por lo tanto, son mucho más resistentes a los errores que los qubits convencionales. Los qubits convencionales son extremadamente frágiles, y cualquier pequeño cambio en su entorno puede hacer que pierdan su estado cuántico, lo que introduce errores en los cálculos cuánticos. Los qubits protegidos topológicamente, en cambio, están diseñados para ser robustos frente a estos tipos de errores, lo que podría hacer que las computadoras cuánticas sean mucho más fiables.

 

Un ejemplo de este tipo de robustez se observa en los estados de borde de los materiales topológicos. Los aislantes topológicos, por ejemplo, tienen la capacidad de conducir electricidad solo en sus bordes, mientras que el interior del material es un aislante. Esta conducción en los bordes no se ve afectada por defectos o impurezas en el material, lo que significa que los estados de borde son extremadamente robustos. Esta propiedad es lo que hace que los aislantes topológicos sean tan prometedores para su uso en tecnologías cuánticas y electrónicas.

 

Además, los avances en materia cuántica también están permitiendo el estudio de nuevas fases de la materia que antes se consideraban imposibles. Por ejemplo, los fermiones de Majorana, que son partículas cuánticas exóticas, están siendo investigados por su potencial para crear qubits protegidos topológicamente. Estos fermiones tienen la propiedad de ser sus propias antipartículas, y su descubrimiento ha sido uno de los avances más emocionantes en la física moderna.

 

A medida que los científicos continúan explorando los materiales topológicos y las partículas cuánticas, es probable que veamos más descubrimientos revolucionarios en los próximos años. Estos descubrimientos no solo transformarán nuestra comprensión de la mecánica cuántica, sino que también conducirán a nuevas tecnologías que cambiarán la forma en que vivimos y trabajamos.

 

El desarrollo de computadoras cuánticas prácticas es uno de los grandes retos tecnológicos del siglo XXI. Estas computadoras cuánticas tendrán el poder de resolver problemas que son imposibles de resolver para las computadoras clásicas, como la modelización de sistemas moleculares complejos, la optimización de redes o la descomposición de grandes números en sus factores primos, lo que tiene implicaciones para la criptografía.

 

Aunque las computadoras cuánticas todavía están en sus primeras etapas de desarrollo, los avances recientes sugieren que es solo cuestión de tiempo antes de que sean una realidad comercial. Empresas como IBM y Google ya están invirtiendo fuertemente en el desarrollo de tecnologías cuánticas, y se espera que las primeras aplicaciones prácticas estén disponibles en la próxima década.

 

Además, la teoría de la información cuántica está comenzando a tener un impacto profundo en otras áreas de la ciencia. Por ejemplo, los investigadores están utilizando algoritmos cuánticos para resolver problemas en química, física de materiales e incluso en inteligencia artificial. La capacidad de las computadoras cuánticas para procesar grandes cantidades de información en paralelo podría revolucionar el campo de la IA, permitiendo la creación de modelos más complejos y precisos que los que son posibles con las computadoras clásicas.

 

A medida que la investigación en materia cuántica y computación cuántica continúa avanzando, es probable que veamos una convergencia de diferentes disciplinas, desde la física hasta la química, la biología y la inteligencia artificial. Esta intersección de campos promete generar nuevos descubrimientos que no solo profundizarán nuestra comprensión del universo, sino que también conducirán a avances tecnológicos que cambiarán la vida cotidiana.

 

Una de las áreas en las que ya estamos viendo un impacto significativo es la seguridad de las comunicaciones. Los sistemas de criptografía cuántica, basados en el entrelazamiento cuántico, prometen comunicaciones seguras que no pueden ser interceptadas sin ser detectadas. Esto podría tener implicaciones profundas para la seguridad de la información en sectores como las finanzas, la defensa y las comunicaciones globales.

 

En telecomunicaciones, la red cuántica se está convirtiendo en una realidad, con experimentos exitosos que han demostrado la capacidad de transmitir información cuántica a largas distancias utilizando satélites y fibra óptica. La capacidad de teletransportar información cuántica entre estaciones terrestres y satélites en órbita podría transformar las redes globales y permitir una comunicación más rápida y segura que nunca.

 

Además, la tecnología cuántica tiene el potencial de revolucionar la medicina. Los avances en sensores cuánticos permitirán diagnósticos más precisos y no invasivos, y la capacidad de las computadoras cuánticas para modelar moléculas complejas podría acelerar el desarrollo de nuevos fármacos y tratamientos médicos.

 

El futuro de la tecnología cuántica es increíblemente prometedor. Sin embargo, hay muchos desafíos que deben superarse antes de que estas tecnologías puedan realizar todo su potencial. La decoherencia cuántica, que ocurre cuando los qubits interactúan con su entorno y pierden su estado cuántico, sigue siendo uno de los mayores obstáculos para la construcción de computadoras cuánticas prácticas. Los investigadores están trabajando en soluciones, como los qubits protegidos topológicamente, que podrían hacer que estas computadoras sean más estables y fiables.

 

Uno de los mayores beneficios de la computación cuántica será su capacidad para resolver problemas que hoy parecen intratables. Esto incluye la optimización de sistemas complejos, como la gestión de redes eléctricas, la planificación logística o la distribución de recursos en grandes sistemas. Los algoritmos cuánticos podrán encontrar soluciones a estos problemas mucho más rápido que los algoritmos clásicos, lo que podría tener un impacto significativo en la eficiencia y la sostenibilidad de muchas industrias.

 

De esta forma podemos decir que la segunda revolución cuántica está en marcha, y los estados topológicos de la materia están en el corazón de muchos de estos avances. Lo que alguna vez fue considerado una curiosidad teórica en la física cuántica ahora se está convirtiendo en la base de nuevas tecnologías que podrían transformar nuestras vidas de formas que apenas comenzamos a imaginar.

 

Como mencioné antes, estos desarrollos no están exentos de desafíos. A menudo, cuando surge una nueva idea que desafía el statu quo, hay resistencia. Los científicos tienen que estar preparados para defender sus ideas frente a una comunidad que, comprensiblemente, puede ser escéptica. Esto es parte del proceso científico: poner a prueba las ideas y enfrentarse a la crítica constructiva para fortalecerlas. Pero cuando los descubrimientos resisten esta prueba, pueden llevarnos a nuevos horizontes de comprensión y aplicación.

 

En este sentido, los materiales topológicos han demostrado ser un campo extraordinario de exploración. Uno de los aspectos más interesantes de esta investigación es que nos recuerda lo poco que aún entendemos sobre el universo a nivel fundamental. Las leyes de la mecánica cuántica no han cambiado en más de 100 años, pero su aplicación en sistemas complejos sigue revelando nuevas formas de entender y utilizar la materia.

 

Agradecimientos:

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a esta universidad por su cálida hospitalidad y por su compromiso con la difusión del conocimiento. Ha sido un honor compartir esta conferencia con ustedes. Agradezco también el apoyo de mi equipo y colaboradores, sin los cuales muchos de estos avances no habrían sido posibles.

Gracias a todos por su atención.